En primer lugar, como amante del poker, me sentí un poco decepcionado ya que esperaba que este juego (de habilidad y no de azar) fuera algo más central en la trama. La película sitúa su punto de partida en el tiempo presente, en el que la protagonista se encuenta en un importante apuro legal, y a partir de ahí va lanzando flashbacks que van explicando la historia. Por tanto, el enfoque "judicial" es el que domina el guion, sucediéndose las escenas para que el espectador haga de una especie de jurado popular y valore la inocencia o culpabildad de nuestra "princesa del poker". Este enfoque para mí es fallido, la película resulta algo farragosa y burocrática, cuesta seguir algunos de sus dialógos por ser recargados y de un ritmo frenético. Personalmente, habría agradecido un enfoque sobre temas más cinematográficos, ya que estamos ante un un personaje con mucho potencial: chica joven, rebelde, que se hace millonaria a los 21 con dinero fácil, que se rodea de la alta sociedad de Hollywood y Nueva York, y que organiza partidas de poker. Todos estos ingredientes podrían haber dado lugar a una peli donde el cine negro le ganara la partida al drama judicial, lo cual yo habría agradecido enormemente.
xeca