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Voto de DcMaligno:
6
Drama. Bélico Berlín, abril de 1945. La guerra está sentenciada, pero en las calles de la capital del Reich todavía se libra una encarnizada batalla. Adolf Hitler (Bruno Ganz) y sus fieles se han atrincherado en un búnker. Entre ellos se encuentra Traudl Junge (Alexandra Maria Lara), la secretaria personal del Führer. En el exterior, la situación se recrudece. A pesar de que Berlín ya no puede resistir más, Hitler se niega a abandonar la ciudad y, ... [+]
2 de mayo de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película tiene dos puntos muy buenos, tan buenos que son suficientes como para que merezca toda ella:
- Bruno Ganz interpretando a Hitler. Su trabajo es impecable, aunque tampoco llegué a conocer muy bien a nuestro dictador favorito como para saber si el parecido es indiscutible. La pena es que el director-montador insista en cortar sus discursos psicóticos para mostrarnos los contraplanos de sus interlocutores poniendo cara de circunstancia, cosa que no ayuda al lucimiento del protagonista.

- La otra razón es el guion en su segundo tercio. Todos los protagonistas están ya encerrados en el bunker cada cual con sus problemas y dilemas. El resto de la película es bastante tostón.

En cuanto a la trama, en su primer tercio es errática saltando de escenas de guerra a escenas de baile de salón con la delicadeza de un buldócer y en su tercer tercio es una soporífera hora de los más allegados de Hitler suicidándose sucesivamente mientras otros optan por no hacerlo, según el nivel de fanatismo que procesaran o el miedo que tuvieran a la amada patria rusa.

El director tiene gran parte de culpa al usar técnicas milenarias del cine como darle patadas a la cámara, escenas a través de prismáticos, cartelones y lo de la vieja del Titanic.

- Cuando cae una bomba cerca de la escena la forma de representar el temblor, el caos, el ruido ensordecedor y la violencia del golpe es mover la cámara como si no la tuvieras que pagar. Esto no favorece la inmersión en el estado de asedio total que sufre Berlín.

- Si en una escena nuestro protagonista aparece colocándose unos prismáticos y en la siguiente escena hay un zoom a una parte que aparenta estar lejos, el espectador medio tiene la capacidad cerebral de saber que esa escena corresponde a lo que ve el protagonista a través de los prismáticos, no es necesario pintar unas sombras negras circulares en mitad de la pantalla.

- Y cuando te despiertas ya para el final se nos deleita con una serie de cartelones incumpliendo la norma más básica del cine, muestra y no lo cuentes. En ellos se explica que fue de todos los nazis que han salido en el metraje, de TODOS. Aparecen hasta algunos oficiales nazis de los que no estoy seguro que se haga mención durante la película. Al menos tienen la delicadeza de poner fotos de los actores ya que si nunca me aprendí los ríos de España no iba a aprenderme los generales de Hitler.

Si todo este esperpento de letras y fondos negros no te deja ya satisfecho la película termina con una escena documental de la protagonista arrepintiéndose de pasarle a limpio las cartas a Hitler. Al igual que en esa otra película de la que no quiero acordarme, la historia empieza y termina con la historia de una señora senil que nos interesa bien poco y que nos saca de la trama. La historia de amor entre un pobre inmigrante y una señora adinerada y aburrida se explicaba igual de bien que las últimas horas de Hitler sin que tuviera que salir su decrépito futuro a dar explicaciones.

Y como todo el mundo puede darse cuenta la forma en que se trata a los nazis y en concreto a Hitler es muy diferente a lo que el cine nos tiene acostumbrado. Era un puto loco, sí por supuesto, pero también era una persona. ¿Estaba igual de puto loco que los demás presidentes de las naciones involucradas? Pues seguramente estaba un poco más loco, por lo de iniciar una guerra contra el mundo, matar gente porque sí y esas cosas, pero tenía una perra muy simpática.
DcMaligno
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