Sé que este filme es una adaptación del libro homónimo de Torcuato Luca de Tena publicado en 1979; sin embargo a la tan socorrida comparación de "¿es mejor el libro o la película?" es una pregunta que no puedo contestar hasta que no me anime a leer la novela. Una novela, que, por otro lado, pinta interesante al basarse en cosas que el autor ha visto con sus propios ojos, así que hay que ocuparse de lo que se puede valorar que es su adaptación cinematográfica (no la primera, puesto que ya hay otra estrenada en 1983).

Lo primero que hay que decir es que también es el primer trabajo firmado por Oriol Paulo que veo, por lo que tampoco puedo responder a la pregunta de "¿ésta es su mejor película? Sí que es verdad que esta primera toma de contacto ha sido satisfactoria, aunque podría haberlo sido bastante más.

No me cabe duda de que el guion (escrito a tres manos entre el mismo Paulo, Guillem Clua y Lara Sendim) se ha tomado su molestia en ser lo más complejo posible entre las ramificaciones y giros que va tomando la historia. El problema consiste en que no saben cuando parar y para cuando llega el tramo final, uno queda tan empachado de giros y descubrimientos que seguir un poco más esta senda hubiese supuesto volverme tan loco como los habitantes de aquel manicomio (o sanitorio, o como quieran decirle). Consigue, eso sí, mantener el suspense y la intriga antes de un plato más rompa con el truco de magia.

Para un truco de magia efectivo se necesitan buenos magos, y en este caso son tanto el director como los actores quienes consiguen embaucar a través del vehículo que es el guion. Una trama detectivesca que va enredando y enredando en la que destacan dos de los mejores actores españoles como Bárbara Lennie interpretando a la protagonista y centro de atención, Alice Gould, y a Eduard Fernández que aporta otra notable interpretación a su dilatada trayectoria profesional. La verdad sea dicha, es Lennie quien merece llevarse todos los elogios por su interpretación con diversas capas que mostrar y que le ha otorgado su quinta nominación a los Premios Goya.

Más allá de actores, dirección y guion destaca también una cuidada ambientación tanto en las secuencias transcurridas en el centro como fuera de él, por los que también han sido recompensados con una nominación en los mismos Goya en las categorías de Mejor dirección artística y Mejor diseño de vestuario.

Estamos ante la que es una de las películas españolas del año (siempre con el permiso de 'As Bestas', por ahora mi nº1) muy buena en bastantes aspectos, aunque hubiese agradecido un tratamiento de la historia sin tantos derroteros que terminan por empachar y perjudican un poco a la valoración global de la producción.