A pesar de que pueda parecer un cineasta con inquietudes diferentes a los de los directores de cine para las masas, que lo es, Yorgos Lanthimos sabe también dar en la diana.

'La favorita' no miente en su título y no es ningún drama existencial con toques de metafísicos salidos de la mente de un Terrence Malick; es lo que promete, dos mujeres compitiendo por el favor de la reina. Solo que a una de ellas no se la ve venir.

El primer acierto de la cinta y el más obvio es el trío de ases que Lanthimos dispone como actrices principales. De Rachel Weisz no hay mucho que añadir a estas alturas de su carrera, siempre fue una actriz bastante sólida incluso en cintas comerciales y la madurez le está sentando muy bien en lugar de relegarla al olvido. Aquí interpreta muy bien a una víbora, aunque aquí las hay a patadas, que no duda en tocar las narices cuando se las tocan; sobre Olivia Colman cabe mi mayor sorpresa, no la había visto demasiado antes (solo en 'Langosta' y en la nueva adaptación de 'Asesinato en el Orient Express') y no la recuerdo con tal nivel. Es verdad que no verla en la serie 'The Crown', donde tengo entendido que está espléndida, juega en mi contra; y sobre Emma Stone tampoco hay mucho que añadir. Ante nuestros ojos se ha transformado en una gran actriz y en la película borda su papel.

Aunque parezca que 'La favorita' es un trabajo más terrenal del realizador griego lo cierto es que no deja indiferente. Los aposentos de la clase política y la realeza son impresionantes y visten de forma exquisita y, no obstante, me gusta que también les retrate lo peor de todos ellos. Ciertamente, no dista mucho de la clase política de nuestros días en España o en más países, lobos con piel de cordero.

A pesar de todos los elogios, me pareció que a la historia le costaba demasiado arrancar y se me hizo algo pesada a pesar de que no llega a las dos horas de duración. Para mi gusto no le habría venido mal separar el grano de la paja en más escenas. No es impedimento para que le de mi aprobación a este relato de política y malas pécoras.