Paul Verhoeven no solo es 'Robocop', 'Desafío total', 'Instinto básico' o incluso la machacada más de lo que debería 'Showgirls'. Antes de hacer las américas, el realizador neerlandés se labró parte de su carrera en su tierra natal teniendo como compinche al tristemente fallecido Rutger Hauer. Una de esas colaboraciones fue en 'Eric, oficial de la reina'.

Hauer es uno de los líderes del reparto en el que un grupo de estudiantes universitarios vivirán la invasión alemana de Países Bajos durante la II Guerra Mundial y las decisiones que tomarán cada uno de ellos les llevará por caminos separados. Junto al actor de 'Blade Runner' destacan los nombres de Jeroen Krabbé ('El príncipe de las mareas', '007: Alta tensión', 'El fugitivo') y Edward Fox ('Chacal', 'Los duelistas').

Esta película no debe ser tomada como un drama, sino como una cinta de acción y espionaje. Evidentemente, el conflicto conlleva tragedias que serán retratadas durante la narración, pero no es de esas cintas lacrimógenas que retratan lo peor que saca el ser humano en tiempos de guerra. No quiere decir con ello que la cinta sea tramposa pues juega sus cartas de forma clara y de forma notable. Junto al poco pudor marca de la casa de Verhoeven tenemos un cóctel bien mezclado de los ya citados ingredientes de acción y espionaje más solventes interpretaciones, especialmente de Hauer y Krabbé que posteriormente tendrían éxito en el extranjero, lo que no es de extrañar viendo lo que prometían aquí.

Lo que sin duda es 'Eric, oficial de la reina', además de todo lo anterior, es un retrato certero de las lealtades de cada persona y lo volátiles que pueden ser, bien sea por convicción o pura supervivencia. En este aspecto, la película deja claro cual es cual por lo que el espectador no tendrá que indagar.

Sirva esta producción como prueba de que hay vida antes de la llegada a Estados Unidos de Paul Verhoeven. Es un largometraje que no dejará indiferente como tampoco lo hacía en sus trabajos al otro lado del charco.