Hace casi 90 años que se estrenó esta película y casi 90 años después, a pesar de no tener apenas diálogos y estar en blanco y negro sigue siendo más buena y especial que muchas cintas predecesoras.

Charlie Chaplin con los pocos medios de los que disponían en los años 20 realizó una gran obra no solo por su valor cinematográfico (Chaplin en su salsa, la actuación de Jackie Coogan que encaja como un anillo al dedo, la comedia y drama que es capaz de dar en iguales y geniales dosis, los efectos especiales que ya se pueden encontrar en un filme de hace casi nueve décadas…), sino por el valor sentimental que arrastra la historia del vagabundo y el niño: vale más un corazón lleno de amor que una cartera llena de dinero.

Muchísimas películas superaron a esta por sus medios técnicos, hoy en día se pueden hacer efectos especiales como quien lava la ropa y la fotografía y dirección artística han dado muchísimos saltos hacia delante; lo que no quita que Chaplin sea, con todo merecimiento, uno de los grandes genios de la historia del cine por las grandes producciones que realizó con los pocos medios disponibles.

En su caso, no solo vale más un corazón lleno de amor que una cartera llena de dinero, sino que un guion sólido y firme es capaz de hacer más que toda la tecnología disponible.