A la vejez, viruelas. Clint Eastwood se ganó un hueco en la memoria de los cinéfilos por ser un icono del spaghetti-western y del cine policíaco; pero los años parecen haberle vuelto más sabio y ya no solo es un gran profesional. Es una leyenda viva.

Tras el éxito de 'Mystic River', Clint dirige una nueva película. Por la fotografía y el escaso (pero lujoso) reparto podía parecer que sería una obra más humilde y correcta, sin ser una gran película. Error.

Clint Eastwood nos lleva al mundo del boxeo para contar una de sus películas más dramáticas y sentimentales, incluso más que 'Los puentes de Madison' en el que el ya veterano actor-director es un jefe de un gimnasio llamado Frankie y entrenador de 'Big' Willie, un prometedor boxeador. Rodeado de Scrap, un amigo de su confianza y de los clientes del gimnasio, una persona que se cruza en su camino cambiará su vida.

Y es que, como he dicho, el boxeo es solo el contexto para narrar relaciones y duros pasados. Aunque no se dice en la película, Frankie ha tenido épocas duras y tiene miedo al riesgo, mientras que Maggie es una chica que ha vivido en difíciles condiciones. A pesar de que en un principio sea una relación áspera (por parte de Frankie) termina siendo ante nuestros ojos una de las más bonitas relaciones fraternales de las últimas décadas resumido en la palabra Mo Cushle. Solo se tenían el uno al otro y se curaban viejas heridas juntos, apoyándose el uno al otro...hasta en los momentos más difíciles. :-(

Million Dollar Baby es, a simple vista, una película modesta; pero es una película con mucha fuerza contado en un tono magistralmente contenido y apoyado en una BSO preciosa. Eastwood, Hillary Swank y Morgan Freeman dan el toque a una película que difícilmente dejará indiferente. Una película tan grande que es casi normal que fuera el triunfador en los Oscar de 2005. Una joya del siglo XXI.

Nota real: 10