Uno de los principales títulos del cine de piratas y a su vez uno de los primeros trabajos de Errol Flynn, quien junto a Olivia de Havilland y Michael Curtiz, protagonizaron una serie de clásicos inolvidables en los años treinta.

Acción sin descanso, ritmo vibrante, arengas de un Flynn en plena forma, todo en una película que conserva la frescura y el dinamismo de siempre a pesar de sus años.

La química entre su pareja protagonista, el sentido del ritmo y la acción tan característica de su director, serían las señas de identidad de sus siguientes proyectos juntos como en Robin de los bosques o Camino de Santa Fe.

Errol daba rienda suelta a su vitalidad y a pesar de su juventud resultó ser muy convincente como líder nato, dado su atractivo y carisma natural. Curtiz supo dirigirle a la perfección y sus aventuras tenían siempre un toque romántico junto a la irresistible de Havilland con la que tan buena pareja hacía.