El profesor Abronsius (Jack MacGowran) y su ayudante Alfred (Roman Polanski) investigan la presencia de vampiros en una remota región. Allí descubren la presencia de un misterioso conde que vive aislado en su castillo y que parece tener atemorizados a todos los habitantes del lugar. Alfred conocerá a una bella joven encarnada por Sharon Tate de la que se enamorará (al igual que en la vida real) y que es secuestrada por el conde y recluida en su castillo. El profesor y su ayudante no dudarán en ir a rescatarla.

Inofensiva comedia vampírica escrita, dirigida y coprotagonizada por un joven Roman Polanski que saca a relucir su vena cómica de la mano de su habitual colaborador Gérard Brach. Se trata de una parodia del cine de terror de la mítica productora británica Hammer. Destacaría su particular banda sonora, la elegante fotografía, la conseguida ambientación de un logrado diseño de producción y el erotismo de su protagonista femenina, la malograda Sharon Tate. Pero por lo demás la película nunca me resultó graciosa salvando algún chiste aislado como los gritos de la oronda esposa del tabernero al descubrir el cadáver desangrado de su marido o el encuentro del personaje encarnado por Polanski con el hijo gay del conde del castillo. El final sorpresa no me lo pareció tanto.