Apoteósico film de aventuras con reminiscencias bíblicas convertido en una de las grandes obras maestras del siglo XX. Dieciséis millones de dólares de la época hicieron posible que Ben-Hur triunfara en todo el mundo y ganara once Oscars de la Academia marca solamente igualada por Titanic. La película narra la vida de un acaudalado hombre de negocios judío cuya vida cambiará radicalmente cuando se enemista con su amigo el tribuno romano Messala porque pretende utilizarle para delatar a los enemigos hebreos de Roma. A ello se añade un desgraciado accidente que desencadenará el destierro de Juda Ben-Hur como remero en una galera. Su odio y el deseo de venganza serán los sentimientos que le darán fuerzas para sobrevivir y localizar a su familia en un ambiente tremendamente hostil.

Casi cuatro horas de duración para una película épica con secuencias para el recuerdo como la espectacular carrera de cuádrigas filmada a pelo sin ordenadores ni pantalla azul con gran mérito para los especialistas. También la escena de la batalla naval resulta muy espectacular y emocionantes son los dos encuentros que mantiene con Jesús de Nazareth. Sin olvidarme del final cuando un desesperado Be-Hur trata de localizar a sus parientes. (spoiler)

En el reparto Charlton Heston logró su único Oscar como actor protagonista en el papel de su vida. Acostumbrado a manejarse en superproducciones interpretando personajes épicos no le costó mucho encarnar al príncipe Juda Ben-Hur. El resto del reparto está sublime pero de todos ellos me quedo con el trabajo de Stephen Boyd como el pérfido Messala. Ni que decir tiene que la banda sonora de Miklós Rózsa es excepcional y acompaña perfectamente a la acción en todo momento. Destaca la espectacular fotografía a toda pantalla obra de Robert Surtees que también se hizo con el Oscar y que retrata perfectamente las escenas más vistosas de la película.

En definitiva Ben-Hur es un inolvidable remake (no olvidar la primera versión muda dirigida en 1925 por Fred Niblo) que se convirtió por méritos propios en un éxito rotundo y absoluto.