En un mundo futuro los libros están prohibidos y perseguidos hasta el punto de que el Gobierno ha creado una división de hombres encargados de buscar, localizar y quemar todos los libros que encuentren. Nuestro protagonista es uno de esos hombres que un día lee por curiosidad uno de esos libros (David Copperfield) y queda fascinado, no entendiendo la lógica y los motivos que justifiquen tal persecución. Pronto entra en contacto con una misteriosa mujer que le lleva a un lugar donde encuentra personas que, dotadas de una gran memoria, memorizan los libros más importantes de la Historia. Se trata de una organización clandestina que se rebela contra el fanatismo y la cerrazón de una Administración que considera los libros una amenaza para la sociedad.

La banda sonora del maestro Bernard Herrmann es imponente, sobre todo, en las secuencias en las que aparecen los bomberos pirómanos que se dirigen montados en el camión a quemar libros.

Los títulos de crédito del comienzo son leídos por una voz en off en lugar de aparecer sobre impresos en la pantalla a modo de guiño por aquello de que está prohibido leer.

Esta película supone una reivindicación de la cultura y sobre todo de los libros como los principales medios de acceder a ella. Porque los libros buenos o malos nos hacen más tolerantes y cultos (este aspecto queda reflejado en la escena en la que queman el libro de Hitler "Mi lucha"). Los libros son el tesminonio de una época y nos ayudan a no repetir errores pasados por eso deben ser respetados incluso libros como el de "Mi lucha".