Primera adaptación del éxito de ventas del escritor Tom Clancy titulado La caza del submarino ruso. Con gran despliegue de medios, el solvente John McTiernan fue el encargado de dirigir esta sólida historia de suspense ambientada en plena guerra fría sobre la deserción de un comandante soviético a bordo de un sofisticado submarino nuclear. El analista de la CIA Jack Ryan será el encargado de interpretar los movimientos del comandante ruso al que conoce muy bien puesto que ha escrito una biografía suya. Y como si de una partida de ajedrez se tratara, los americanos urden una astuta estratagema para apoderarse del submarino y hacer creer a los rusos que ha desaparecido.

Connery y Baldwin son los protagonistas de este filme que obtuvo buenas críticas y un gran éxito de taquilla. Los productores decidieron adaptar otra conocida novela de Clancy dos años después y cuya trama se centraba más en el personaje de Ryan contratando a Harrison Ford para interpretarlo ya que con su veteranía le da un mayor empaque. En La caza del Octubre rojo el argumento es más complejo y el guión es más denso. Hay multitud de personajes encarnados por secundarios de lujo y el papel de Ryan queda un tanto diluído. Si en Octubre rojo se trabaja más la historia y el suspense en Juego de patriotas se apuesta más por la acción y argumentos poco complejos.

Estamos ante una película bien hecha e interpretada, con una ampulosa banda sonora y una lucida fotografía y sin embargo a pesar de todos sus atractivos siempre se me ha hecho algo pesada. En este sentido me gustó más Marea roja que me pareció más entretenida. Sin restarle méritos a Octubre rojo tanto una como la otra son dos obras maestras del cine dentro de submarinos. Quizá la de McTiernan resulte más interesante porque se estrenó en plena desintegración de la URSS y la historia que cuenta es más creíble en 1990 que en la época en la que se ambienta 1984.