Superproducción alemana que narra los últimos diez días de Adolf Hitler en su búnker de Berlín ante la imparable invasión soviética. Bruno Ganz realiza un trabajo formidable encarnando al führer con todos sus tics, manías y excentricidades sin caer en el histrionismo aunque no me gusta cómo le han caracterizado. Lo encuentro algo impostado, parece un muñeco de guiñol. Ganz tenía seis años más que Hitler cuando rodó la película y con el maquillaje que le han puesto parece mucho más viejo. Cierto que el pérfido dictador estaba prematuramente envejecido a tenor de los acontecimientos que se precipitaban pero Ganz aparenta ser bastante mayor que él.

Por lo demás, las dos horas y media que dura el film resultan interesantes porque la historia está contada con realismo y veracidad. Asistimos a los últimos estertores del régimen nazi y el documentado guión muestra el destino de todos y cada uno de sus protagonistas.