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España España · Un lugar de La Mancha
Voto de CarlosDL:
7
Drama En la cima de una imponente montaña, donde lo que a primera vista parece un campamento de verano, ocho muchachos guerrilleros apodados “Los Monos» conviven bajo la estricta instrucción de un sargento paramilitar. Su única misión es la de cuidar a "la doctora" (Julianne Nicholson), una mujer norteamericana a la que han tomado como rehén. Cuando esta misión empieza a peligrar, la confianza entre ellos empezará a ser cuestionada. (FILMAFFINITY) [+]
21 de febrero de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
“¿Qué es lo que somos? ¿Personas? ¿O animales? ¿O salvajes?” Es una de las tantas reflexiones dentro de la novela El señor de las moscas que publicó William Golding en 1954. En aquel momento, sería incapaz de predecir la repercusión cultural que la misma tendría, aún después de décadas de literatura y cine: las adaptaciones de la novela a diferentes formatos son numerosas; el número de referencias inagotables, aunque en ocasiones casi inapreciables por sutiles. Llegado el momento, el cine colombiano a tomado su propia historia reciente de la mano de la ficción de Golding para crear una película de crudeza carmesí, inspiración aventurera y trasfondo de complejidad humana en busca de una salida de su selva de irracionalidad.

Todo resulta confuso en un inicio. Sin embargo, somos capaces de encontrar un sentido al caos desarrollando una nueva mirada guiada por los códigos del propio film: el grupo de jóvenes se presenta salvaje, desnortado y hambriento de experiencias; también domesticado por una organización superior, adiestrado para obedecer como niños soldados que mantienen como rehén a una doctora. Tienen sus propias normas, métodos y castigos, viven al margen, pero se debaten entre la necesidad de pertenencia y la exploración de los deseos animales. Fruto de ello surgen escenas de violencia casi poética, despertar sexual descontrolado, o amor y odio guiados por la confusión, que hacen mutar los vínculos entre los personajes en la continua indecisión de la moral.

A lo largo del metraje, el enfoque escogido genera una monotonía que queda lejos de jugar en contra del espectador, denotando una firma autoral y genera una nueva capa de lectura más allá del diálogo (escaso) y las acciones (frenéticas). La fotografía, de gran contraste entre el primer y segundo acto gracias al cambio de escenarios, acompaña de forma valiente jugando entre planos cortos y cercanos, extensos y generales, bañados siempre por un hilo musical que roza la psicodelia y lo experimental para engullir al espectador.

Desde la brutal tranquilidad de la cima rocosa del primer acto, hasta la angustiosa profundidad de la selva y las aguas torrenciales, la película discurre en una continua carrera hacia el poder a través del terror de los conflictos latinoamericanos, intentando comprender a su vez cómo alcanzar la libertad personal o la redención. El conjunto resulta abrumador por su crueldad, a la vez que esplendoroso por su exposición y las observaciones que regala.

Lo mejor: Ser capaz de hablar de la complejidad humana desde la brutalidad del belicismo sin dar la espalda a la delicadeza audiovisual.

Lo peor: Que en muchos momentos juegue en la cuerda floja entre lo autoral y lo pedante.

CarlosDL - Colaboración con https://redrumcine.com/
CarlosDL
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