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Voto de temulentia:
7
7,8
14.173
16 de noviembre de 2009
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Joan Crawford y Mercedes McCambridge colman esta película con sus feromonas. Ray realiza con éxito un experimento que transgrede todo intento canónico de categorización: un western permeado de romanticismo y simbolismo, oscilando en perfecto equilibrio entre el aforismo tipo John Wayne y la cursilería naif. Sin embargo, debido a la pericia del director, la solidez de las actuaciones y un guión sólido que, si bien cede, no cae, el resultado de este pot pourri es asombroso.
Lo primero que me llamó la atención fue la aparente inutilidad de la testosterona. Las dos rivales son los polos de interés y generan toda la trama. Los hombres, sean amantes, empleados o asociados, son simples marionetas a merced de las voluntades de estas dos mujeres. Sin embargo, esta derrota a lo macho puede ser puesta en duda. Son hembras opuestas e iguales: pese al simbolismo directo de sus colores característicos (blanco y rojo versus negro), pese a la aparente diferencia radical entre los principios de "la buena" y de "la mala" (la una, asociada al progreso, al futuro; la otra, reaccionaria); ambas comparten una característica fundamental: parecen guiadas por su razón, pero en realidad huyen de la emoción. El hombre desaparece como personaje, pero permea la historia como génesis.
El conflicto urbano rural sigue el cauce clásico de los narradores urbanos. El progreso es visto con inquietud por latifundistas ganaderos y se oponen a su llegada. La espera de la llegada del ferrocarril se convierte en el fondo de la película. La tierra está siendo dinamitada, la geografía cambia mientras se desarrolla el film, insinuando una actividad volcánica, paralela a las escenas de bandolerismo que la acompañan. El viejo y el nuevo mundo hacen ruido simultáneamente, compitiendo.
Lo primero que me llamó la atención fue la aparente inutilidad de la testosterona. Las dos rivales son los polos de interés y generan toda la trama. Los hombres, sean amantes, empleados o asociados, son simples marionetas a merced de las voluntades de estas dos mujeres. Sin embargo, esta derrota a lo macho puede ser puesta en duda. Son hembras opuestas e iguales: pese al simbolismo directo de sus colores característicos (blanco y rojo versus negro), pese a la aparente diferencia radical entre los principios de "la buena" y de "la mala" (la una, asociada al progreso, al futuro; la otra, reaccionaria); ambas comparten una característica fundamental: parecen guiadas por su razón, pero en realidad huyen de la emoción. El hombre desaparece como personaje, pero permea la historia como génesis.
El conflicto urbano rural sigue el cauce clásico de los narradores urbanos. El progreso es visto con inquietud por latifundistas ganaderos y se oponen a su llegada. La espera de la llegada del ferrocarril se convierte en el fondo de la película. La tierra está siendo dinamitada, la geografía cambia mientras se desarrolla el film, insinuando una actividad volcánica, paralela a las escenas de bandolerismo que la acompañan. El viejo y el nuevo mundo hacen ruido simultáneamente, compitiendo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
La triste banda de Dancin´ Kid es prueba de la decadencia de este oeste. Un traidor, un niño cobarde y un tísico acompañan a un pistolero cuya gracia es el baile en ¡una banda de mineros!. El robo y la fuga son dignos de despertar lástima (como la despiertan en Vienna). En los nuevos tiempos, ya no queda espacio para piratas o bandidos.
Al lado de ellos, Guitar es un dinosaurio, un vaquero de la vieja escuela. ¿Ha Guitar cambiado el revólver por la guitarra? ¿O más bien está latente en esa imagen de juglar toda la violencia del oeste? La voz de Hayden es perfecta para este doble juego, amistosa y peligrosa: un rottweiler moviendo la cola. Por ello, Vienna lo rechaza, pero también por ello, lo ama.
Finalmente, Emma Small (el apellido le queda chico) guía a un grupo de ganaderos en una cruzada personal, todos de negro, dispuestos a las mayores injusticias ante la arenga de una fanática de altas dotes expresionistas (en todas partes hay una de éstas). Digna inquisidora, Small quema el sueño de Vienna, asesina y sólo el fanatismo sicótico es capaz de arrastrarla a su fin. Final moral y pedagógico, muy de Hollywood.
Al lado de ellos, Guitar es un dinosaurio, un vaquero de la vieja escuela. ¿Ha Guitar cambiado el revólver por la guitarra? ¿O más bien está latente en esa imagen de juglar toda la violencia del oeste? La voz de Hayden es perfecta para este doble juego, amistosa y peligrosa: un rottweiler moviendo la cola. Por ello, Vienna lo rechaza, pero también por ello, lo ama.
Finalmente, Emma Small (el apellido le queda chico) guía a un grupo de ganaderos en una cruzada personal, todos de negro, dispuestos a las mayores injusticias ante la arenga de una fanática de altas dotes expresionistas (en todas partes hay una de éstas). Digna inquisidora, Small quema el sueño de Vienna, asesina y sólo el fanatismo sicótico es capaz de arrastrarla a su fin. Final moral y pedagógico, muy de Hollywood.