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España España · Barcelona
Voto de Eduardo:
5
Western Pale Arrow (George Montgomery) es un hombre blanco criado desde pequeño por el jefe Pawnee. Cuando el tren llega a las tierras de la tribu, el jefe envía a Pale Arrow con la gente blanca. Ahora conocido como Paul Fletcher empieza a trabajar precisamente en el equipo que está construyendo el tren. No supone un problema con su antigua familia porque el jefe quiere la paz, pero cuando fallece, el nuevo líder busca la guerra. (FILMAFFINITY)
30 de octubre de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empieza la película, y veo a George Montgomery pintarrajeado de piel roja. ¡Jesús, qué susto! Pero no hay de qué alarmarse: fue un huerfanito que recogieron y criaron los bondadosos pawnee. El gran jefe Águila Sabia lo adoptó y le puso el nombre de Flecha Pálida. Águila Sabia tiene otro hijo, un cenutrio llamado Zorro Loco (como una regadera), que tiene ganas de liquidar blancos. Montgomery salva a una chica y a su abuelo de perder la cabellera y alguna cosa más, y se encapricha de la nena. Ni corto ni perezoso, va al Corte Inglés de la zona y se hace con un uniforme de explorador que ni pintado, y se postula como guía y experto en la materia. El jefe de la caravana, que codicia el culo de la chica, se siente ultrajado y menoscabado, y le tiene ojeriza al forastero. Bueno, la cuestión es que los indios atacan y hacen de las suyas, pero Flecha Blanca//Paul Fletcher se ganará la confianza de los blancos, amén de los arrumacos de la carnosa Meg. Dirige la función, sin complicarse mucho la vida, George Waggner, que ha pasado a la historia por ser el director del primer Hombre Lobo de la Universal. Hombre polifacético, escribió unos 77 guiones y las letras de algunas canciones que adornaron sus cintas. Su labor en La tribu de los pawnee es puramente funcional. No puedo hablar del tratamiento del color, porque la copia (alemana) de la película, emitida por 8tv, era nauseabunda, pero sí diré que remata la faena en unos económicos 80 minutos. Montgomery se muestra estólido, como de costumbre, y Lola Albright aún no había alcanzado aquella madurez que la convirtió en objeto de deseo, con incursión europea y todo: Los felinos, con Alain Delon y Jane Fonda. Lástima que no cuajara. Pues eso, western del montón, para coleccionistas y completistas.
Eduardo
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