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España España · Barcelona
Voto de Eduardo:
4
Romance. Drama Neil (Ben Affleck), un norteamericano aspirante a escritor, y Marina (Olga Kurylenko), una madre soltera europea, se conocen en París y disfrutan de un momento de idilio en la isla francesa de St Michel, revitalizados por las sensaciones de estar de nuevo enamorados. Neil ha dejado su país buscando una vida mejor, dejando atrás una serie de hechos dolorosos. Mirando a Marina a los ojos, Neil cree estar seguro de que ha encontrado a la ... [+]
11 de febrero de 2015
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Veamos, resulta que Marina es una chica que se pasa el tiempo dando saltitos, haciendo mohines y folleteando con Neil (Ben Affleck, que no dice apenas ni pío en todo el metraje; casi mejor, teniendo en cuenta su absoluta inexpresividad). Marina vive en París, en la Rive Gauche, en el VI Arrondissement, en la rue de l'Odéon donde tantas veces he tomado mi café y mi croissant. ¡Y se larga a Oklahoma con el maromo! Vaya, ni que tuviera un diamante en la punta. ¡Cambia el París rutilante y civilizado por campos de trigo interminables, cielos inmensos y patanes en estado semisalvaje! Se lleva también a su hija, pero la niña pilla pronto que aquello es insufrible y pide volver a París para vivir con su padre. En esto que a la nena saltimbanqui le ha caducado el visado (parece que la culpa la tiene él, y que ya no follan tanto, pero son meras suposiciones). Aprovechando la ausencia, Neil se enrolla con un antiguo amor, una chica que lee mucho la Biblia y dice muchas tonterías presuntamente poéticas (como la otra), y tampoco desdeña un buen clavo cuando se tercia. En esto que vuelve Marina (¡si hasta le besa los pies al pringado!), y se quita el diu para poder quedar embarazada, pero como la cosa no funciona se tira al primero que encuentra y, oh, sorpresa, se queda preñada ipso facto. A todo esto sale un cura sospechosamente parecido a Javier Bardem que también piensa en off (en español), al que acosa un ser de sexo femenino que parece salido de un relato de Lovecraft. Ellos se casan, pero al final cada cual sigue su camino y todo eso. Terrence Malick, que fue expulsado del panteón por esta película, parece que prosigue en caída libre, a juzgar por los pitidos en el Festival de Berlín a su última obra. Y eso que a mí me gustó El árbol de la vida, con perdón. Debía tener un buen día, pero To the Wonder es insufrible: personajes sin sustancia, toneladas de poesía barata, música grandilocuente, cámara presa de espasmos recurrentes... Siempre queda el consuelo de coger el DVD de Días del cielo y recordar a aquel director que, en un tiempo muy lejano, nos infundió la esperanza de una carrera larga y gloriosa. Luego transcurrieron 20 años, y volvió con La delgada línea roja, una película impresionante, pero ya nada era lo mismo. En fin, quizá otro día...
Eduardo
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