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España España · Madrid
Voto de Charles:
6
Ciencia ficción. Fantástico. Thriller Un asesino virtual compuesto de la personalidad de cientos de asesinos en serie logra salir al mundo real. Para lograr capturarlo deben sacar de la cárcel a un ex policía que, tiempo atrás, se enfrentó con la principal personalidad del asesino. (FILMAFFINITY)
13 de agosto de 2015
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seguro que mencionas esta película a sus dos principales (y brillantes, todo sea dicho) actores y les sacas los colores.
Pero, qué cosas, a veces de la serie B más desprejuiciada pueden salir este tipo de maravillas.

'Virtuosity' es muy consciente de sus aspiraciones, y sus limitaciones.
Pero, cosa rara, elige potenciar sus puntos fuertes de forma que te olvides de cualquier limitación que pudiera tener, en lugar de poner una sonrisa de disculpa cuando apunta por lo bajo. Cuando eso sucede, Denzel Washington y Russell Crowe se dejan la piel por hacer que te lo creas.
Que te creas que, sí, un asesino con la personalidad de millones de sádicos históricos bajo el nombre de Sid está jugando a la caza con Parker, un policía que se juega la condena por él, en un Los Ángeles futurista.

Por loca que pueda sonar su trama, no se olvida de presentar a un villano carismático y salido de rosca, que hace gala de su genialidad allá donde va (hacer un concierto con los gritos de tus víctimas no lo hace cualquier psicópata) e incluso se maravilla por nuestra capacidad humana para ver la mierda de los demás (su programa de televisión, aunque más mortífero, no se diferencia demasiado de muchos "realities").
Se trata de un niño grande, con una mente deformada por la más alta clase de perversión, y no parece raro que su propio creador haya querido que viva: semejante ¿ser, anomalía? debería ser contemplada aunque sea una sola vez, en su máxima capacidad.

De hecho, el concepto de realidad virtual de la historia, aunque deudor de muchísimos otros, es algo que no se ha explorado demasiado: más como un mundo en el que evadirse, un mundo en el que no existen reglas para crear, y traspasar al mundo real, siempre que el Dios-programador sepa ejercer de deidad.
Pero, como el propio Sid dice, no estamos preparados para ser dioses, y por eso él, por terrible que sea, no deja de ser producto de nosotros. No es una fuerza que escapa a nuestro control, solo un reflejo perverso que aprende a valerse por si mismo.

Para todo lo demás, una voluntad irrompible de Parker y una descripción del futuro bastante más interesante de lo esperado, donde la realidad virtual puede conceder desde sueños momentáneos, hasta segundas oportunidades.
Las ventajas de apuntar alto desde lo bajo, sin duda.
Charles
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