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España España · Madrid
Voto de Charles:
6
Thriller. Intriga Una joven agente del FBI se alía con un veterano rastreador local para investigar el asesinato de una joven ocurrido en una reserva de nativos americanos...
13 de octubre de 2017
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cabe preguntarse si el alumno aventajado tiene el mismo mérito que el maestro cuando de recitar la lección se trata.
Puede decir hasta la última coma y el último punto, pero de alguna manera nunca te va a sonar igual que cuando el profe te descubre algo nuevo, y por lo tanto su mérito es en realidad algo hueco.

'Wind River', respecto a eso, es la lección más hueca que te recitarán jamás: un misterio convenientemente ambientado en la nieve, con jovencitas inocentes y hombres duros que guardan secretos y pasados oscuros.
Es el ABC del género, magníficamente puesto para la ocasión y conducido con precisión hacia una revelación dolorosa y una tensión creciente... pero es el ABC del género.
No utiliza su archiconocida estructura para corromperla, reflexiona sobre si misma lo justo como para que quede bien, y cualquier asomo de originalidad parece un intento más que un acierto.

Justamente el inicio de la película podría ser lo más original, con una ensoñadora voz en off que contrasta la crueldad de lo que estamos viendo: un eco de la paz que a los que viven en la tundra les gustaría alguna vez experimentar.
Pero eso es imposible que pase, y por lo tanto Cory Lambert, cazador de depredadores, se encuentra al día siguiente una víctima destrozada por garras humanas, con el miedo todavía congelado en la mirada.
Entra entonces el FBI en forma de inexperta jovencita llamada Jane Banner, y todas las pistas apuntan a un mismo lugar: a la podrida capa de miseria moral que madura bajo las estepas, y da valor a ratas que en circunstancias más agradables sólo serían pobres hombres.

Tiene su aquel la colaboración entre Cory y Jane, no solo porque Elizabeth Olsen y Jeremy Renner lucen el mejor tipo de química que no necesita palabras, sino también porque el contraste entre pasota descuidada y quebrado silencioso esconde múltiples hallazgos, la mayoría lanzando una gélida reflexión sobre el entorno y cómo condiciona nuestro modo de ver la vida.
El corazón herido se fortalece y pierde su empatía, mientras que el inexperto se preocupa por "lo correcto", y acaba padeciendo más que curando. De alguna manera, el enfoque de Cory tampoco parece el equivocado, sino fruto de una conciencia más avanzada, que sabe comportarse en sociedad y a la vez matar al margen de manada por pura paz espiritual (tan necesaria en paisajes inclementes que no dan comodidad física alguna).
Entre medias de ambos espectros de moralidad abundan los débiles que se fingen dioses y los fuertes que se saben falibles: como el indio Martin, que se resigna a la bestialidad del prójimo y el olvido de las tradiciones, porque "no sabe hasta cuando podrá seguir luchando" su batalla silenciosa.

Todos esos grandes detalles están ahí y aportan, pero a la larga no pueden escapar de la encorsetada historia que los contiene, quedando más bien como leves intentos de estilo en un trabajo copiado de otros.
Para entendernos, al depredador humano sólo le falta tener cuernos y rabo, y a las sucesivas pistas estar resaltadas en neón, mientras que cualquier narración del pasado de Cory puede plantar un "For your Consideration" para ahorrarnos el drama sin novedad.

Por suerte, son los pequeños grandes detalles los que salvan este misterio, algunos puntos y comas que Taylor Sheridan ha cambiado sobre el trabajo de grandes maestros, y ya sólo con eso se salva del aburrimiento.
Pero no estaría de más pensar, para la próxima, que nos sabemos el libro de memoria y siempre será mejor leer algo nuevo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Charles
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