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Voto de El Despotricador Cinéfilo:
8
Western. Acción. Bélico Dos tenientes recién graduados son enviados a un regimiento de Caballería de Kansas. En los años previos a la Guerra de Secesión (1861-1865), los esfuerzos del abolicionista John Brown (1800-1859) para acabar con la esclavitud incrementaron las tensiones entre el Norte y el Sur, teniendo que llegar a intervenir el ejército para frenar sus acciones. (FILMAFFINITY)
17 de julio de 2009
12 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Que película tan entretenida!, ¡qué película tan buena!, ¡qué película tan fabulosa!, que bien está todo, que bien están todos los actores (incluso hasta Ronald Reagan, aunque parezca increíble), que bonita es la inevitable historia de amor de Errol Flynn y Olivia de Havilland (eso sí, metida con calzador en la historia), ¡como está rodada impecablemente por el gran artesano Curtiz!, que bien se lo pasa una viéndola, una película de entretenimiento puro y duro… pero, ay, que patada a la historia.

Reconozco que antes de ver este film no tenía ni idea de quien era el personaje histórico de John Brown (soberbio, como siempre, Raymond Massey) pero durante toda la película me estaba entrando una gran ansiedad esperando la gran escena en donde el personaje de Flynn se diese cuenta de su aptitud racista, recapacitase y se diese cuenta que la causa abolicionista es la que hay que defender, que comprendiese el gran error y se pusiese del lado de la causa justa. Pero no, sorprendentemente la película avanza y avanza, y no llega esa escena, y avanza, y de repente, se acaba del todo el film.

Me he quedado de piedra, en ningún momento ningún personaje toma conciencia de que la esclavitud es una gran aberración, es más, hasta los negros acaban siendo más partidarios de ella que de la abolición, pero ¿cómo es esto posible?, si se toma el film como un puro divertimento no pasa nada, pero si se toma en serio y se analiza profundamente estamos ante una de las películas más racistas, xenófobas y deplorables (ideológicamente hablando) de la historia del cine, es que ni siquiera hay moraleja en los títulos de créditos finales. Unos simples títulos explicando lo aborrecible de esa caduca ideología habría bastado, pero no, la película acaba asépticamente con el beso entre la pareja protagonista.

El único punto a favor, es que el film está concebido tan ingenua y puerilmente con el objetivo puro (y muy noble) de solo entretener, por tanto no creo que su mensaje racista arraigue en ningún espectador, porque solo cuando la analizas en profundidad te das cuenta de la ideología que desprende, y hasta me da la sensación que ni los actores ni el director se dieron cuenta del gol que les coló el guionista en este aspecto.

El Despotricador Cinéfilo
El Despotricador Cinéfilo
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