Esta película pertenece a una etapa en la carrera de Nicolas Cage en la que aún se podía afirmar que era buen actor y que hacía títulos interesantes. Desgraciadamente, a día de hoy (2015) no podemos decir lo mismo.
Cage es aquí un detective privado contratado para investigar una grabación donde supuestamente matan a una chica.
Con este planteamiento tan simple y al mismo tiempo tan interesante, la película capta la atención desde el primer momento. Toda la investigación y resolución del caso mantienen el interés continuamente, mostrando (aunque de manera relativamente superficial) el sórdido mundo de la pornografía dura, el sadomaso y el “snuff”.
Este tema ya había sido tratado por nuestro genial paisano Amenábar en su “Tesis”, pero aquí el enfoque es diferente.
Joaquin Phoenix es el compañero de Cage en su investigación. El actor hace una buena interpretación de este personaje, conocedor de los bajos fondos de Los Ángeles donde se comercia con grabaciones ilegales.
Todo este siniestro mundillo recuerda vagamente a otros thrillers como “Seven”, pero lo cierto es que aunque da algo de grima, Joel Schumacher no cruza la línea. De esta forma, la película no se recrea en la violencia o las escenas desagradables, ya que muestra solamente lo mínimo necesario, para no volverse una película “gore” o poco comercial. La ambientación es sórdida pero no llega a dar verdadero miedo. Dice el personaje “Max California” que el diablo te puede atrapar y que esas imágenes y cosas se te meten en la cabeza para siempre, pero Schumacher es prudente y no nos las muestra.
Eso sí, la película nos traslada la cuestión de por qué hay gente que hace este tipo de cosas y mueve dinero con eso. Los personajes de James Gandolfini y Peter Stormare son dignos de ser odiados por lo que hacen. Además, tenemos al siniestro “Máquina”, todo un psicópata al que nunca vemos actuar de una forma clara, pero al que no querríamos encontrarnos a solas en una habitación.
La película es un poco lenta y quizás más larga de lo necesario, pero como la investigación del caso es interesante y cuenta con varias escenas emocionantes (sobre todo al final), no se hace pesada.
Es una lástima que Nicolas Cage haya caído tan bajo en los últimos años, pues en películas como ésta demostraba claramente que en sus tiempos era sinónimo de buen cine.