¿Habrá pareja más perfecta que los elegantes Cary Grant y Audrey Hepburn en esta película?
El film es muy entretenido y divertido, con esa trama de muerte y enredo que tiene un equilibrio absolutamente magistral entre la comedia y el cine de intriga. El talento de Stanley Donen es tremendo en este sentido, pues puede hacer reír sin caer nunca en cargarse la trama principal (relacionada básicamente con un cadáver) a base de chistes.
Pero la mejor carta es la pareja protagonista, dos actorazos como la copa de un pino, reunidos en este estupendo título clásico. Transmite muy buen rollo y mejoran una película ya de por sí bastante atractiva. Además, se deja ver tantas veces como se quiera, sin perder fuerza con los años.
Lo curioso es que el “remake” con Mark Wahlberg sea tan desastroso contando más o menos lo mismo. Por algo será.