Una buena muestra de lo que es el arquetipo del cine negro. Un detective con sombrero, una mujer fatal que oculta cosas, una conspiración, asesinatos, y todo enmarcado en los años 40.
El director es Polanski y el protagonista Jack Nicholson. Menudos dos nombres se juntaron en esta película.
También está Faye Dunaway, que por aquellos entonces también era muy famosa.
La trama empieza con una sencilla investigación que se va complicando poco a poco hasta desvelar un gran complot.
Pero desde mi punto de vista, a la película le falta ritmo. Evidentemente no es mala, pero considero que es demasiado parsimoniosa, con muchos tiempos muertos que no llevan a ninguna parte. Simplemente si hubiera durado media hora menos sí estaría de acuerdo con la tónica general de las opiniones. Pero a mí personalmente me ha aburrido mucho en ciertos momentos.
Lo mejor del film, como cabe esperar, es la interpretación de Nicholson. Ese auténtico monstruo de la pantalla, que aquí lo vemos muy joven, es una auténtica gozada para cualquier cinéfilo que se precie. Aunque para mí que ha hecho mejores interpretaciones y mejores películas que ésta.