Bienvenidos a la nueva era Bond, encarnado ahora por el galán Roger Moore.
007 sigue siendo el mismo, pero también cambia un poquito el estilo de sus películas en esta nueva etapa. A partir de ahora, tendremos una persecución en vehículos asegurada, más viajes, acción muy inverosímil pero también muy divertida, y más humor.
No sé a quién se le ocurriría poner a este agente británico en una misión relacionada con el vudú. Pero lo que parece una locura, curiosamente tiene buen resultado. La película es muy amena y aunque tenga algunas escenas absurdas (lo de los cocodrilos, o el ritual del final, por ejemplo), su tono desenfadado hace que uno se la tome con buen humor y se le puedan perdonar esas pequeñas faltas.
La chica Bond es la aquí jovencísima Jane Seymour, que como primera chica Moore inaugura la época en la que todas las mujeres terminan diciendo "¡Oh, James!" por lo menos una vez en cada película. En realidad no es tan machista como "Diamantes para la eternidad", pero se sigue notando que es muy antigua en ese sentido.
El villano Kananga, como suele ocurrir, no es tan carismático como sus dos o tres secuaces directos.
La trama es demasiado simple y carece de un elaborado plan maestro que Bond deba deshacer, pero a cambio tenemos una larguísima y divertida secuencia de persecución con lanchas, que ella sola supera a toda la acción que podíamos ver en las de Connery. Con todo, sabe a poco comparándola con lo que podemos ver en otras entregas posteriores.
En resumen, un Bond cambiado pero que sigue siendo el mismo. La leyenda continúa.
Y, por supuesto, no olvidemos el tema de los créditos. Paul McCartney & The wings nos ofrecen una de las mejores canciones de toda la saga. Está alejada del típico sonido Bond, pero poco importa porque el contraste entre sus dos diferenciadas partes me parece de lo más genial que hemos podido escuchar en la franquicia. Es pegadiza, estridente, melódica, comercial, estrambótica y acorde con la temática del film. Todo a la vez, y se queda anclada en la mente para que la tarareemos y tarda mucho tiempo en olvidarse. Supongo que con todo eso está claro que es un temazo.