Los que deciden los títulos en España metieron la pata hasta el fondo cargándose el título original de "El joven Sherlock Holmes". Tal vez pensaron que vendía más poner una pirámide en el título que el nombre del detective más famoso de todos los tiempos. Seguro que si hubiera salido ahora, con las películas de Robert Downey Jr. y la excelente serie con Benedict Cumberbatch, habrían dejado intacto dicho título.
En fin, eso no deja de ser una anécdota.
Nos encontramos ante una fantasía que nos muestra cómo se conocieron Holmes y Watson en la Universidad, enfrentándose a un primer caso con asesinatos, alucinaciones fantásticas inducidas por drogas y una secta egipcia de por medio.
Se nos recrea bastante bien el Londres victoriano. El argumento está muy bien y creo que respeta la esencia del personaje de Conan Doyle. La película tiene un buen ritmo y es muy variada, a pesar de que realmente tiene poca acción.
Cuando la vi de pequeño me impresionó ver a este inteligente detective, un personaje que aún no conocía. Tambien me impactaron las escenas de efectos especiales y el rito de la secta, un clarísimo homenaje a la por entonces reciente "Indiana Jones y el templo maldito".
Se trata de la típica película de que a los que éramos niños en los 80 nos hacía soñar. Aunque puede que no sea tan popular como "Gremlins", "Los goonies", "Indiana Jones" y tantas otras, personalmente para mí es una más de la excelente cosecha ochentera marca Spielberg. No olvidemos que el genio hace aquí la producción ejecutiva, y se nota.