Si “La catedral del mar” es una especie de “Pilares de la Tierra” a la española, no podía faltar que Ildefonso Falcones hiciera una secuela también al estilo de Ken Follett, con un salto temporal importante y pasando el testigo a otros protagonistas más jóvenes.
Por suerte, seguimos contando con la presencia de la estupenda Michelle Jenner, aunque pronto pasa a un segundo plano en favor de su hijo y su ahijado en la ficción.

Como buena adaptación que es, tiene todo lo bueno y lo malo del libro. Sin duda, en general es algo inferior a la serie anterior, al igual que le pasa a la obra de Falcones. Siguen pasando cosas interesantes, pero no me resulta tan intensa como la otra.

En cuanto al diseño de producción, no es ni muy bueno ni muy malo. Se nota a las claras que hay una cierta falta de presupuesto para la espectacularidad en la recreación que la historia requeriría, pero al mismo tiempo tampoco es tan grave como para que el resultado se eche a perder. Sí que podrían haber trabajado mucho mejor las espadas de “atrezzo”, que se notan más falsas que la barba de Robin Williams en “Jumanji”.

Por lo demás, bastante bien. Esta vez no he tenido tiempo material de volver a leerme el libro, con lo cual no puedo valorar bien la fidelidad, pero los puntos más importantes de la trama que puedo recordar, están ahí.

Los actores lo hacen bien, y de hecho están a la altura de un guion que, aparte del contexto histórico, sin duda se basa en los personajes y en las cosas que les pasan, relacionadas con el odio y otras pasiones humanas como la venganza.

Se trata de una miniserie relativamente bien conseguida, que no llega a ser tan buena como la predecesora, pero que sin duda merece la pena ver si te gustó la otra.