He estado a punto de caer en sus garras y darle el aprobado. Tengo que reconocer que la primera parte de la película me ha entretenido, con esa extraña mezcla de caballeros templarios y la China del medievo.
Parecía una película de aventuras sin pretensiones, capaz de entretener si no estamos demasiado exigentes en cuanto a interpretaciones y esperar grandes escenas de acción.
Con un “Anakin Skywalker” que por el camino que lleva nunca volverá a saborear la gloria de estar en algo como “Star wars”, el film ofrece bonitos paisajes y una persecución continua al heredero del emperador, perseguido por su hermano traidor.
Me estaba dejando llevar.
Pero, aunque al final me haya parecido menos mala que lo que dicen la mayoría de críticas, me tuve que quitar la venda cuando transcurrió más o menos una hora y me encontré nada más y nada menos que con el famoso “Nicolás jaula”.
El otrora buen actor, parece que sigue en su empeño de hundir su carrera cada vez más, y acumular más títulos malos que buenos. No sé cómo se las apaña pero es salir él, y automáticamente cargarse la película. Yo que pensaba que iba a quedarse como secundario saliendo solo al principio, pero no, luego quiere ser la estrella estrellada, una vez más.
Como curiosidad, el tipo nos trae uno más de sus enésimos peinados ridículos. Este hombre, perdiendo pelo como cualquier hombre normal y corriente con la edad, debe estar bastante acomplejado, pues en cada “película” suya, se pone una peluca cada vez más estrambótica. En este caso, su desfile de moda particular nos trae un moño, un auténtico “kiki” (o como se diga), con extensiones que le aportan una "bonita" melena más falsa que un billete de 3 euros.
Y es entonces, al ver su lamentable actuación, cuando se me abren los ojos y me doy cuenta de que no solo él actúa mal, es que todo está mal.
Tenemos una cámara que no para de moverse, unas escenas de acción filmadas de forma que camuflan la falta de medios y de extras. Las espadas tiemblan en la punta, lo que indican que son más de plástico que de acero. El argumento es una locura, ¿qué pintan estos caballeros templarios en China? Además, ¿cómo demonios se encuentran los dos protagonistas con lo grande que es ese país?
Pero quien se lleva la palma es el amigo Cage. Algunos pensaban que se podría redimir tras hacer “Joe” (a nivel de actuación, porque para mí también es pésima esa película de leñadores), pero subestimaron las ganas que tiene de hacerlo mal y cada vez peor.
Este “fantasmón” aquí no es el motorista fantasma, sino el fantasma blanco. ¡Ahí llevas! Se supone que está tuerto y a veces no controla su guiño y se le abre el ojo. Por cierto, la cicatriz solo está alrededor y el ojo en sí mismo está intacto. Habrá que suponer que los de maquillaje eran tan malos que no quisieron arriesgarse a dejarle tuerto de verdad. Y el colmo, lo que pongo en “spoiler”.