Aquí tenemos un “blockbuster” potencial de verano que, por haberse hecho en época de pandemia, no podemos disfrutarla en pantalla grande (y ya van unas cuantas).
Chris Pratt es un actor comercial que tiene un carisma especial que le hace caer bien a casi todo el mundo. El tipo encaja también muy bien en el género fantástico, aunque no sea un gran intérprete (hay que reconocerlo). En este sentido que comento, es parecido a Will Smith, también con su cierta vis cómica.
Aquí tenemos a Pratt como héroe de acción, llevado a una guerra futuro que la Humanidad está perdiendo a marchas forzadas.
Se trata del típico film repleto de acción y efectos especiales, en el que poco importan las actuaciones o incluso el guion, que puede parecer original, pero en realidad es un refrito de elementos comunes a la ciencia ficción. Eso sí, es un refrito muy bien hecho y conseguido.
La película peca, quizás, de tardar en arrancar, sin que hicieran falta tantas presentaciones, en mi opinión. Pero como es larga, luego queda tiempo para todo.
Una cosa que me gusta es que se han dosificado con el humor estúpido, y contando con Pratt podría no haber sido así. Hay chistes, pero muy poquitos y que no molestan en absoluto.
Me gusta el diseño de los bichos y la realización de las espectaculares secuencias de acción. Y aunque no va a hacer historia en el género, termina siendo muy entretenida, dando lo que se podría esperar. Quizás tenga un cierto parón en la parte central y pudiera haber estado mejor en general, pero desde luego es cine de ciencia ficción y efectos del que se disfruta, por lo menos por mi parte.
Ciertamente, es una pena que no la hayamos podido ver en pantalla grande y comiendo palomitas con el aire acondicionado a tope en una calurosa tarde de verano. Ya llegarán tiempos mejores.