Los 90 fueron una década prolífica para el thriller de psicópata disfrazado de buena persona que se infiltra en la vida de los protagonistas hasta hacérsela imposible.
Salieron como churros, y con muchas variantes, siendo uno de los mejores títulos "La mano que mece la cuna".
Aquí tenemos un duelo interpretativo entre dos actrices que, si no son extraordinariamente conocidas por el gran público, sí que han demostrado con creces trabajar muy bien y han hecho prácticamente de todo, aunque más como secundarias que como principales.
Especialmente bueno es el papel de la mala, que es Jennifer Jason Leigh, una intérprete muy versátil.
Aunque la película (al igual que muchas similares) no tiene un argumento excesivamente original, salva los papeles por las actuaciones, más que por las posibles sorpresas del guion. De todas formas, cuando la vi, este tipo de cine aún no estaba explotado tanto como ahora, y todavía parecía más buena de lo que es. Hoy en día, sea por haber visto ya muchas películas y series o porque hoy en día se curran más los giros en el thriller, quizás sabe a poco. Pero vista en su momento, sí que era recomendable.