Una vez leí una entrevista al famoso cineasta mejicano en la que decía que los monstruos "le ponen cachondo".
Desde luego, su mano y su arte se notan claramente en esta segunda entrega de Blade, que es más siniestra, gótica y oscura que la primera. Y por supuesto no falta un espectacular diseño de producción en el que tienen cabida personajes y monstruos de exóticos diseños.
Principalmente, entra en escena una nueva raza de vampiros que mata a congéneres y humanos por igual, de manera que Blade tiene que unir sus fuerzas a un grupo de bebedores de sangre para hacer frente a este enemigo común.
Para mi gusto, aunque no por demasiada diferencia, esta parte es la mejor de la trilogía, porque mantiene la acción y la esencia de la primera pero con todas las novedades comentadas anteriormente.
Como curiosidad, tenemos la aparición estelar de "Torrente", amigo personal del mejicano y al que este suele meter con calzador en sus films, aunque no pegue demasiado en un título como este.
Los efectos especiales superan a la original, aunque solo sea por el tiempo transcurrido y un (supongo) presupuesto mayor.
Blade es aquí un poquito más humano y menos serio que en la otra, lo cual no hace que Snipes interprete bien cuando deja de pegar tiros y patadas, que es lo suyo.
Una buena continuación. No está nada mal para ser una secuela, ya que como he dicho, me gusta incluso más que la anterior (aunque solo un poquito).