No me acaba de convencer el cine de P.J. Hogan, o por lo menos, ninguna de las tres películas que he visto de él.

En este caso concreto me gusta el principio, estoy de acuerdo con su discurso, adoro a Toni Collette, pero los últimos veinte minutos de esta película me resultan demasiado exagerados, demasiados giros, demasiados epílogos...

Y eso que contiene momentos realmente buenos, como el cantante/surfero torturando a la especie de Cocodrilo Dundee con sus canciones a la guitarra, o las camareras pasivo agresivas, o las hermanas gritando en la mesa cuál es su trastorno mental, o el arranque con la madre representando la escena inicial de "Sonrisas y lágrimas" en el tendedero de su casa...

Una cierta tendencia a la astracanada le resta mucho puntos a la película que aún así, recomiendo, aunque sólo sea por lo original, las posibilidades del guión (no siempre bien rematadas) y las magníficas actuaciones.

Y sí, todos estamos locos, para qué vamos a negarlo.