Principios de la década del dos mil, Christian Slater y Val Kilmer aún son (más o menos) estrellas, y un grupo de potenciales nuevas caras como Johnny Lee Miller encabezan una producción de gran presupuesto, dirigida por Renny Harlin, en quien vuelve a confiar la industria, casi una década después del batacazo de "La isla de las cabezas cortadas".

¿Qué podría salir mal? Pues, absolutamente todo.

Y es que "Cazadores de Mentes" cumple ese dicho de "De tan mala es buena". El guión es un sinsentido tan delirante que no necesitas ni cinco segundos para darte cuenta de que nada cuadra, el asesino no ha podido preparar tantísimas trampas, ni aunque fuera un súper héroe y casi cualquiera de sus planes se podría haber malogrado muy fácilmente.

Como uno que depende de unas piezas de dominó, de esas que tiras una y van cayendo todas. Por dos milímetros tenemos película, no os creáis.

Las muertes son tan exageradas y dan tanto asquito que hay momentos que llegas a pensar que es un guión que de mayor quería ser slasher y se quedó en el camino.

Y esos diálogos, son oro puro: más o menos el 60 % de las escenas consiste en un personaje gritándole a otro "¡Tú eres el asesino! ¡Lo he sabido siempre! Bueno, lo he sabido desde la última escena que le grité a otro que él era el asesino".

Y por supuesto, esas frases lapidarias que se sueltan a punto de matar a alguien o poco después "Su debilidad eran las balas". Genial.

Los personajes están descritos con un solo trazo ("la guapa sexy", "el macho alfa", "el poli negro", "el de la silla de ruedas", "la otra guapa (y sosa)" y es de agradecer, así no te importan ni lo más mínimo cuando van cayendo uno a uno, como sabía cualquiera que conociera "Diez negritos".

Respecto a las actuaciones, son las más forzadas y exageradas que uno pueda imaginarse, con mención especial a Johnny Lee Miller, que consigue superar cotas de sobreactuación solo al alcance de unos pocos.

Uno pensaría que se salva un poco Kathryn Morris (que es totalmente inexpresiva, pero por lo menos no grita) pero, después de ver la serie "Cold case", puedo afirmar que lo que ocurre es que no tiene otra cara.

Las escenas de acción están tan llevadas al extremo que uno no puede evitar reírse cuando descubres que si disparas a una pared, se crean una especie de peldaño y puedes escalar por ella (¿Eh??). Y atención al duelo a lo salvaje oeste ¡¡bajo el agua!!.

En fin, una película muy disfrutable, mala, muy mala, pero disfrutable; especialmente con unas cervezas y unos amigos.

O mejor sin amigos, no vaya a ser que uno sea un asesino en serie con poderes mágicos y se pase toda la noche montando un laberinto de fichas de dominó.