Amigos es una película extraña. Más que basar los gags en el guión, lo que hace es inventar una poco acertada historia para poner fondo a la eterna sucesión de sketches que en ocasión te hacen sonreír y, en otras, provocan cierta vergüenza.

Borja Manso y Marcos Cabotá son principiantes en el cine (aunque Manso ya cuenta con un par de producciones) y eso se nota mucho en este mundo a no ser que uno tenga muchísimo talento. Su planificación de escenas es increiblemente mala, con una sucesión de movimientos de cámara que torturan al espectador a modo de exprimidor de cerebros. La trama de la película es casi una excusa para poder meter, uno tras otro, unos gags que en ocasiones son propios de Escenas de matrimonio o cualquier calamitosa serie de televisión. Además, la película tiene uno de los defectos más grandes del cine: no sabe qué dirección tomar. La ya mencionada cadena de gags, aunque a medias, funciona, pero el arrebato moralista (tremendamente previsible, por cierto) destruye toda lógica si es que había alguna. Sin embargo, sí hay cosas aceptables, como la larga escena de las campanadas (me he reído como un loco) y la trama personal de Alberto Lozano.

Ernesto Alterio, Diego Martín y Alberto Lozano conforman un trío protagonista irregular. Alterio es un actor que no necesita meterse en estos berenjenales, ya que se ha labrado su merecida fama de gran actor en otro tipo de producciones que casan mucho mejor con él. Diego Martín es un actor correcto en las series, ya que ofrecen a los actores más tiempo para adueñarse de sus personajes, pero en el cine salen a relucir sus dificultades para ocultar sus defectos en forma de automatismos personales. Alberto Lozano, a mí personalmente no me gusta demasiado, pero reconozco que aquí, tal vez por ser el más favorecido por las situaciones que se plantean a los protagonistas, está gracioso en varios momentos. Manuela Velasco da igual que haga de buena, que de mala, que de lo que sea, porque siempre está encantadora. El reparto lo completa (más o menos) esa actriz tan irregular llamada Goya Toledo, que tan pronto se casca una actuación memorable como te destroza a un personaje. Aquí, su personaje debe ser odiado y es odiado, así que bien por ella.

Resumiendo, que es gerundio: Amigos es una fallida comedia sin un público definido y sin una estructura sólida que intenta aglutinar un montón de situaciones cómicas inventándose un motivo para que sucedan. Se salva por un par de gags muy buenos y por parte del reparto.