Remake de la mítica película "El pueblo de los malditos" que consigue lo que muchos remakes: ilusionar a todos los ingenuos adictos al cine (yo el primero) y hacer menos con más.

El controvertido director John Carpenter, especialista en el género, está tras las cámaras en una película que, donde la original ponía evidencias escondidas, pone evidencias evidentes. Los momentos que hicieron grande a su "madre", no solamente no se mejoran o igualan, sino que se ven totalmente destrozados. Los cambios más notorios son los de personajes masculinos por femeninos. Sin machismos ni hostias, aquí se pierde mucho con eso. El tema no es el cambio de sexo de los personajes, sino el hecho de que sea totalmente innecesario y que, sobretodo en el caso del niño (ahora niña) se sale perdiendo. El guión se ve vencido en lo que intenta mejorar, y ese es uno de los motivos que hacen de los remakes uno de los objetivos preferidos entre los críticos a la hora de abrir la caja de galletas.

Superman protagoniza la película. No es necesario decir que Chritopher Reeve era un actor mítico. Mítico y malo, la verdad. Aquí nos deja una evidencia más de que cuando lleva los calzoncillos por dentro, sus personajes nos importan una mierda. Kirstie Alley secunda al calzonazos de dudosa capacidad estética con más ímpetu que talento (como siempre en el caso de esta mujer). Como dato curioso, quede dicho, ya que sobre las actuaciones hay poco más que decir, que sale Mark Hamill ('Luke Skywalker')

Resumiendo, que es gerundio: otro más de esos absurdos remakes tan míticos en Hollywood. Hay películas que, simplemente, no pueden ser "copiadas", y esta es una de ellas. Donde el curioso Wolf Rila ponía simplemente sencillez, John Carpenter se empeña en su clásico estilo propio que aún busca saber si és serie B buscando ser A, o viceversa. Remake innecesario que, sin la magia de su original y sin su factor sorpresa, decepciona en todos los aspectos.