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España España · L'Olleria ( Valencia )
Voto de Grijander:
6
Thriller. Drama Trevor Reznik, un empleado de una fábrica, padece desde hace un año un grave problema de insomnio, un mal que él oculta y que le provoca terribles alucinaciones. Debido a la fatiga se ha deteriorado tanto su salud física como su salud mental. Repelidos por su aspecto físico, sus compañeros de trabajo primero le evitan, y después se volverán contra él cuando uno de ellos pierde un brazo en un accidente en el que Trevor se ve involucrado. (FILMAFFINITY) [+]
27 de noviembre de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El maquinista es una producción española en la que lo único español que vemos es la presencia de la gran Aitana Sánchez-Gijón, pues todo lo patrio se esconde en las labores técnicas, uno de los mejores apartados de la película.

Brad Anderson no era un director demasiado conocido hasta que hizo El maquinista. Sus películas anteriores nadaban en la mediocridad y con el guion de Scott Kosar le tocó la lotería... o eso debió pensar él. La alianza entre Anderson y Kosar da como resultado una película que no es exactamente cine puro, sino que lo que hace es transmitir una sensación: la culpa. A partir de ahí, Anderson tira por los caminos del thriller psicológico, el terror y, por momentos, el cine social dramático. Hay poco que reprochar a la dirección de Anderson, pues sabe mostrar a la perfección lo que quiere que se vea y esconder lo que no debe saberse. No obstante, uno de los pocos "peros" que se le puede poner es que no consigue esconder el final ni 20 minutos, así que uno de sus pocos errores resulta ser tan grave que tiene como consecuencia la sensación final de desamparo que sufre el espectador, que teme durante casi una hora no equivocarse y, al final, no se equivoca. El resto de errores vienen del guion de Kosar, que hace que encajen demasiadas piezas a la fuerza, creando un desarrollo tremendamente bachado donde se deja demasiado espacio a la casualidad, a la locura y, en cierto modo, a la esperanza de que el público sea un poco tonto y no aprecie que lo que hay no acaba de cuadrar. Los apartados de iluminación, fotografía, sonido y banda sonora son obra de profesionales españoles y no es por barrer para casa, pero consiguen crear una ambientación sublime que ayuda y mucho a la película a centrarse en contar su historia sabiendo que está bien apoyada.

Christian Bale es 3/4 partes de El maquinista. Su trabajo en pantalla es excepcional, cargado de un dramatismo violento y una locura semiconsciente que hacen que quien ve la película no quiera encontrarse con él por la calle. Pero hay más, ya que el actor perdió casi 30 kilos para el papel. Eso es ser un profesional como la copa de un pino. A su lado, todos en segundo plano, están un muy acertado John Sharian (el más importante de los secundarios), la siempre cumplidora Jennifer Jason Leigh, la representante española y correctísima Aitana Sánchez-Gijón y el mítico actor noventero venido a menos Michael Ironside, que aquí hace una buena labor.

Resumiendo, que es gerundio: desde que salió del bote, El maquinista estaba destinada a convertirse en película de culto. La ambientación, el trabajo de su protagonista, la temática... Eso no significa que tengamos que decir que se trata de una obra maestra, pues no lo es ni de lejos, ya que la que debería ser su mayor baza (el guion) está en manos de Scott Kosar, un tipo un tanto limitado y lo que debería acabar de darle a la película lo que necesita (la dirección) es correcta pero no brilla en nada y, además, comete el tremendo error de no saber esconder el final de la película, con lo que el recorrido de 90 minutos por ella nos lleva a un destino que ya conocemos.
Grijander
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