La víctima perfecta es un thriller de terror, dicen. Sin embargo, yo no encuentro nada que me recuerdo a alguno de esos géneros por ninguna parte.

Antti Jokinen nos presenta un largometraje sin demasiado presupuesto que no hay por dónde coger. Para empezar, el guion del propio Jokinen es previsible hasta la saciedad, por mucho que se empeñe en desviar la atención durante cosa de 30 minutos, lo que dura esa pequeña incertidumbre y se da paso a un desenlace eterno que acumula todos los clichés vistos en películas de este tipo. Sinceramente, horas después de ver la película, sigo sin tener muy clara la intención del director. Si lo que quería hacer era lo que ha acabado haciendo, Jokinen es un auténtico desastre tanto en la parte de la dirección como en la del guion. Si quería hacer algo totalmente diferente, podríamos dejarlo en que simplemente ha hecho una cagada como un piano. Jokinen acumula ruídos, sombras, temblores y planos cortos sin sentido para conseguir tensar el ambiente, consiguiendo en el espectador (o al menos en mi persona) una profunda sensación de pena y de vergüenza ajena.

Dos buenos actores encabezan el cartel de la película y hasta en dirigirlos fracasa Jokinen. Hilary Swank, ese híbrido de hombre y mujer, es incapaz de transmitir el sufrimiento de su personaje, ya que éste en ningún momento se ve rodeado de una situación bien construida que haga comprensible su estado. Lo mismo ocurre con Jeffrey Dean Morgan, quien intenta dar intensidad mental a su personaje, intentando tapar el auténtico sinsentido (lo de la locura es evidente, pero está mal presentada) que tiene que afrontar para convertirse en aquello que se supone que es. Christopher Lee cumple, como siempre, aunque en un papel excesivamente corto que mutila una buena línea argumental que, obviamente, no llega a desarrollarse. Aunjanue Ellis, una actriz muy notable, tampoco hace nada más que soltar un par de frases cliché muy lógicas de un papel tan absurdo como el suyo.

Resumiendo, que es gerundio: la película que prometía ser uno de los mejores thrillers de terror de los últimos años acaba siendo un insulto al espectador. Fracasa en absolutamente todo, y eso es lo peor que se puede decir de cualquier película.