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Voto de Grijander:
1
5,7
10.505
Terror
Después de estar recluido durante 17 años en una institución mental y tratado por el Dr. Samuel Loomis (Malcolm McDowell), el perturbado Michael Myers (Tyler Mane), convertido ya en un hombre adulto y muy peligroso, logra escaparse el día de Halloween y decide regresar a la ciudad de Haddonfield. Todo aquel que se cruce en su camino corre un peligro mortal. (FILMAFFINITY)
4 de noviembre de 2011
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Precuela + remake libre de La noche de Halloween, dirigida por John Carpenter en el ya lejano 1978 que aborda los hechos desde los puntos de vista de Michael Myers y del Dr. Loomis y que se convierte ya no en la peor secuela/precuela/remake/libre adaptación que he visto nunca, sino que desbanca a Perdona si te llamo amor como peor película de mi corta filmografía.
Rob Zombie, devoto adorador de los años 70 y a partir de hoy enemigo número uno de quien suscribe, rubrica su firma en Halloween, el origen. Las secuelas suelen ser azotadas con dureza por los más puristas y los remakes ya directamente son fustigados y es de rigor reconocer que a veces todos nos pasamos un poco porque esperamos que quien hace la película tenga la misma visión del universo de la película que nosotros y no es así normalmente. El problema en esta ocasión es que lo único que obtendría algún punto en la escala del uno al diez son los diálogos clonados de la película original, que pese a ser los mismos están dichos a destiempo, aunque eso se aguanta. Lo que no se aguanta es que algún gilipollas se crea con autoridad para cambiar la historia de uno de los personajes más míticos del cine de terror (y uno se quema aún más cuando ve que dicho imbécil no solo cree tener la autoridad para hacerlo, sino que la tiene). Zombie hace mal todo lo nuevo, desde las escenas menos importantes hasta los asesinatos o la resolución de la historia. La primera parte, en la que vemos a un Michael Myers que tiene seis años y está interpretado por un chaval que si me da una hostia a mí me pone la cabeza bajo el sobaco, es aburrida, cutre, vergonzosa y patética a partes iguales. Ahí es cuando piensas que, con esa mierda ya vista, la película solo puede ir a mejor. Pues no. A partir de ahí es cuando más cosas se cambian con respecto a la película original y cuando el personaje de Michael Myers comienza a hacer su trabajo y sus unicelulares víctimas a sufrir las consecuencias. ¿El problema? Pues que dichas víctimas tienen menos personalidad que los altavoces de mi ordenador. No exagero, os lo juro.
Rob Zombie, devoto adorador de los años 70 y a partir de hoy enemigo número uno de quien suscribe, rubrica su firma en Halloween, el origen. Las secuelas suelen ser azotadas con dureza por los más puristas y los remakes ya directamente son fustigados y es de rigor reconocer que a veces todos nos pasamos un poco porque esperamos que quien hace la película tenga la misma visión del universo de la película que nosotros y no es así normalmente. El problema en esta ocasión es que lo único que obtendría algún punto en la escala del uno al diez son los diálogos clonados de la película original, que pese a ser los mismos están dichos a destiempo, aunque eso se aguanta. Lo que no se aguanta es que algún gilipollas se crea con autoridad para cambiar la historia de uno de los personajes más míticos del cine de terror (y uno se quema aún más cuando ve que dicho imbécil no solo cree tener la autoridad para hacerlo, sino que la tiene). Zombie hace mal todo lo nuevo, desde las escenas menos importantes hasta los asesinatos o la resolución de la historia. La primera parte, en la que vemos a un Michael Myers que tiene seis años y está interpretado por un chaval que si me da una hostia a mí me pone la cabeza bajo el sobaco, es aburrida, cutre, vergonzosa y patética a partes iguales. Ahí es cuando piensas que, con esa mierda ya vista, la película solo puede ir a mejor. Pues no. A partir de ahí es cuando más cosas se cambian con respecto a la película original y cuando el personaje de Michael Myers comienza a hacer su trabajo y sus unicelulares víctimas a sufrir las consecuencias. ¿El problema? Pues que dichas víctimas tienen menos personalidad que los altavoces de mi ordenador. No exagero, os lo juro.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Todo este despropósito tiene una explicación: la película pretende ser la versión "realista" de La noche de Halloween. Entonces, ¿a qué viene tanto mosqueo? Pues viene a que aquella era tremendamente realista aunque se tomara sus licencias. No insultaba al espectador y hacía de la elipsis su mejor arma para no tener que dar explicaciones. Aquí, por el contrario, nos encontramos con gente que se cree mejor que John Carpenter y que juega a "contarnos mejor" los hechos. Pero hay más: si esta es la versión realista, ¿cómo coño levanta un tipo una piedra de 500 kilos y se la lleva? Y lo más importante: ¿cómo encuentra lo que busca sin ayuda? No puedes pretender ofrecer una versión realista y con respuestas cuando no conoces ni las preguntas porque tú lo haces creyéndote mejor que la gente, pero luego atraviesas una línea en la que estás faltando al respeto hasta que llegas a tu destino, que no es otro que encontrarte con un público indignado con tan bochornosa visión. Cuando un niño de cinco años intenta jugártela, hace gracia, pero cuando es un tipo ya crecidito, pues da entre vergüenza, asco y rabia. ¿Es la versión realista? Pues cometela entera, majo. Conmigo no cuentes. Llevo de lunes a jueves viendo desde la primera hasta la última película de esta gran saga y encontrarme con esto me parece aberrante. ¿Versión realista? No me toques los huevos, anda. O puestos a ser realistas, cojamos Blade Runner y hagamos que la película sea sobre un detective que persigue a tipos que son expertos en disfrazarse, mismamente. Vamos, no me toques los huevos...
El reparto es otra abominación. Se salva Malcolm McDowell y porque le tengo cariño desde La naranja mecánica, que si no, ni eso. Además, el pobre hombre está metido en un personaje que pasa de ser el pedante y obsesivo Dr. Loomis al bufón caricaturizado Dr. Loomis. Está bien que rescates a Danielle Harris ya que fue importante en la franquicia con actuaciones brillantes, pero si su talento ha desaparecido, para sacarla en pelotas y hacerla gritar, mejor que la dejes en casa. Lo que más se pierde con el cambio es el carisma de la protagonista. Jamie Lee Curtis hizo de la sobriedad una virtud mayúscula y aquí Scout Taylor-Compton es justo lo contrario. Ni carisma, ni capacidad interpretativa ni leches.
Resumiendo, que es gerundio: soy de los que insiste en que los remakes no deben compararse con sus películas originales, pero una cosa es hacer referencias y aportar algo nuevo y otra cosa es reinventarlo todo. Para eso, mejor haz una película con otro título, subnormal. Pero claro, no se haría tanta caja...
El reparto es otra abominación. Se salva Malcolm McDowell y porque le tengo cariño desde La naranja mecánica, que si no, ni eso. Además, el pobre hombre está metido en un personaje que pasa de ser el pedante y obsesivo Dr. Loomis al bufón caricaturizado Dr. Loomis. Está bien que rescates a Danielle Harris ya que fue importante en la franquicia con actuaciones brillantes, pero si su talento ha desaparecido, para sacarla en pelotas y hacerla gritar, mejor que la dejes en casa. Lo que más se pierde con el cambio es el carisma de la protagonista. Jamie Lee Curtis hizo de la sobriedad una virtud mayúscula y aquí Scout Taylor-Compton es justo lo contrario. Ni carisma, ni capacidad interpretativa ni leches.
Resumiendo, que es gerundio: soy de los que insiste en que los remakes no deben compararse con sus películas originales, pero una cosa es hacer referencias y aportar algo nuevo y otra cosa es reinventarlo todo. Para eso, mejor haz una película con otro título, subnormal. Pero claro, no se haría tanta caja...