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España España · L'Olleria ( Valencia )
Voto de Grijander:
5
Fantástico. Acción. Terror Una nueva raza de vampiros, los Reapers, surge para atacar tanto a los humanos como a los de su propia raza, causando el terror. El Consejo de la Sombra, un grupo de vampiros que teme por su supervivencia y que tiene su sede en Praga, contacta con Blade para que acabe con ellos. (FILMAFFINITY)
26 de marzo de 2012
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La secuela del taquillazo que supuso Blade tardó mucho más de lo esperado en llegar (cuatro años, aproximadamente) y, cuando por fin comenzó a ser proyectada en los cines, defraudó a muchos de los admiradores de la primera.

Guillermo del Toro vuelve a Hollywood tras un paréntesis después de su debut en "la tierra de las oportunidades" que aprovechó para rodar El espinazo del diablo. David S. Goyer vuelve a escribir el guion y, en esta ocasión, la trama es totalmente diferente. De forma bastante sutil, Goyer hace que la película tome una dirección en la que Blade nos muestra su parte más humana y en la que podemos ver, también, que incluso los vampiros son más o menos normales por momentos. La elección de Guillermo del Toro para la labor de dirigir esta segunda entrega obedece, probablemente, a que el director mexicano había demostrado antes sus dotes para trabajar con personajes estrafalarios que se movieran entre el terror y la ciencia ficción y, aquí, del Toro vuelve a hacer una gran labor en ese sentido. Dos de los grandes aciertos de Blade II son el diseño físico de los "segadores" y la construcción de Nomak como personaje. Fisicamente, su apariencia endeble choca con el efecto de miedo (en los personajes) que provocan (gran trabajo de del Toro para conseguir eso) y en cuanto a construcción, Nomak representa a un villano que es más como un cáncer que se va extendiendo que como el clásico súper villano. En el apartado negativo nos encontramos con que el guion de Goyer tiene muchos errores de cara a las dos "sorpresas finales" que hacen que todo se intuya con demadiada antelación. También vemos a del Toro recrearse demasiado en algunas escenas que se vuelven repetitivas.

Wesley Snipes sigue tan feliz siendo Blade como un niño con zapatos nuevos. En esta ocasión, Blade es más chungo que otros tantos que también son muy chungos, lo que le convierte en un megachungazo que provoca en Snipes varios orgasmos cerebrales. Kris Kristofferson sigue a lo suyo, a ofrecer un nivel altísimo. Norman Reedus hace un trabajo un tanto flojo, como pasado de vueltas (más aún que su personaje). La espectacular Leonor Varela, pese a ser mejor modelo que actriz, cumple bien con su rol y además muestra una capacidad dramática que no es nada del otro mundo pero es más de lo que la mayoría (yo mismo, por ejemplo) podía esperar. Ron Perlman aporta otro punto de carisma y de aptitud a la película para unirse a Kris Kristofferson como los (probablemene) dos mejores actores que han pasado por la saga. Bajo un montón de maquillaje, podemos ver los notables trabajos de un irreconocible Thomas Kretschmann y del carismático Luke Gross, que es otra de las agradables sorpresas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Grijander
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