Se trata de una excelente película que rompe con los códigos y tabúes esgrimidos hasta ahora en los filmes hollywoodenses. Por regla general, estamos acostumbrados a que Hollywood nos presente a los partenaires de los psicópatas como víctimas de cabo a rabo; personas totalmente ajenas, psicológicamente hablando, y que caen inocentemente en la telaraña del perverso. ¿Pero qué sucede si, por algún motivo inexplicado, la supuesta víctima tiene un perfil que condice con el del psicópata y la hace presentarse como la presa ideal? Este es el elemento crucial que se analiza en este filme y que nos llega a cuestionar en nuestro estereotipo de personas "normales". Las distintas formas que ha adquirido en estos tiempos la comunicación (internet, las redes sociales, los celulares) es otro de los elementos que confabula para el acoso de esta "víctima", la que pongo entre comillas porque a su vez usa su relación con el perverso para alejarse de una realidad chata y convencional. Vista desde otro ángulo, esta película es una especie de "Lolita" pero con los agregados de la posmodernidad en cuanto a la complejidad de las relaciones humanas. Un filme muy inteligente y transgresor que no tiene desperdicio. Cien por ciento recomendable.