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España España · Palma (Mallorca)
Voto de Miquel:
9
Drama. Comedia. Romance Un rico aristócrata duda si abandonar a su amante para conservar el amor de su esposa, una mujer cortejada al mismo tiempo por su confidente y un famoso aviador. En el trascurso de una cacería de fin de semana en Sologne y de una fiesta, las intrigas amorosas de señores y sirvientes se mezclarán desembocando en un hecho inesperado. (FILMAFFINITY)
13 de septiembre de 2008
102 de 114 usuarios han encontrado esta crítica útil
Última realización de la primera etapa francesa de Renoir. Escribe el guión Jean Renoir en colaboración con Carl Koch. Se inspira en "Les caprices de Marianne" (1883), de Alfred Musset, y en "El juego del amor y del azar" (1730), de Pierre de Mariveaux. Se rueda en Aubigny-sur-Nère (Cher, Francia). Producida por Claude Renoir y Jean Renoir para "Les Nouvelles Editions Françaises" (NEF), se proyecta en público por primera vez en sesión reservada a la prensa el 7-VII-1939 (Francia).

La acción dramática tiene lugar en el aeropuerto de Le Bourget, Paris y en la finca rústica de La Celinière (Sologne), a lo largo de unos pocos días, en noviembre de 1938. Octave (Renoir), amigo del marqués Robert de La Chesnoye (Dalio) y de su esposa Christine (Gregor), les ruega que inviten a la cacería que van a celebrar en su finca al aviador André Jurieux (Tautain), enamorado de Christine. Entre los invitados se cuentan Geneviève de Marras (Parèly), amante de Robert, Octave, un general, la sobrina Jackie y otros amigos y vecinos. Entre los servidores están el guardabosques Schumacher (Modot), su mujer Lisette (Dubost), el nuevo criado Marceau (Carette) y otros.

El film suma comedia y drama. Combina sátira, vodevil y tragedia. Bajo la apariencia de una inocente farsa campestre, elabora una aguda crítica de la alta burguesía parisina en vísperas de la IIGM. Muestra, sin palabras, cómo la clase dominante esta formada por personas inútiles, frívolas, vanidosas, incompetentes, hipócritas, superficiales y lujuriosas. Así mismo muestra cómo las personas modestas las imitan, asumen sus principios y reproducen sus pautas de conducta. El film se apoya en dos ideas centrales. Observa que todo el mundo miente: los prospectos de las medicinas, los gobernantes, la radio, el cine, los diarios... Las relaciones amorosas son intrascendentes, fútiles, triviales e inocuas. Constituyen, además, un grato motivo de diversión, entretenimiento y distracción. Los juegos del amor se pueden practicar fuera de la pareja, sin riesgos, en una sociedad sofisticada y moderna, si se cumple la regla de oro de salvar las apariencias. Con sutileza e ironía denuncia la condena de la sinceridad, el egoísmo de los privilegiados, la violencia con la que defienden sus prerrogativas, el antisemitismo, la xenofobia, el conservadurismo, etc.

El guión se presenta bien elaborado y muy trabajado. Incorpora, con acierto, ambigüedades, insinuaciones, sutilezas y elegancia. Los diálogos son fluidos y eficaces. Los caracteres están desarrollados con maestría. Todos los personajes presentan algún desgarro: el marqués es judío, su esposa es extranjera, Octavio es un inútil, Geneviève es colérica, el aviador está mal considerado por ser sincero, Lisette es coqueta y casquivana, el guardabosque carece de habilidades personales, etc. El relato traspira amor al campo, a la naturaleza y al teatro. Consigue un gratificante tono de ligereza.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Miquel
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