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Voto de Miquel:
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Comedia. Drama. Romance
Historia de un viaje y una amistad entre dos chicas de veinte años que tienen en común un pasado sin afectos, un presente en el que no tienen nada que perder y un futuro todo lo abierto que quieran. Durante su viaje lo compartirán todo. Incluido Olaf, un ruso que no habla más que su idioma. (FILMAFFINITY)
17 de junio de 2009
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primer largometraje de Iciar Bollaín (Madrid, 1967). El guión, de la propia Bollaín y de Julio Medem, adapta un relato inédito que la autora escribió a los 20 años (1988). Se rueda en escenarios reales de Valladolid, Torremolinos (Málaga), Vilches (Jaén) y Madrid, con un presupuesto ajustado y modesto. Obtiene el premio a la mejor ópera prima y el del público de la 40 Semana Internacional de Cine de Valladolid. Producido por Fernando Colomo, Beatriz de la Gándara y Santiago García de Leániz para Fernando Colomo P. C. y La Iguana, se proyecta por primera vez en público en la Seminci de Valladolid (20/28 de octubre 1995).
La acción dramática tiene lugar en los meses de veranos (julio/agosto) de 1995 en Valladolid, Málaga y Madrid. Tras una discusión con el padre, la Niña (Silke) decide abandonar la casa paterna y emprender con su amiga Trini (Peña) un viaje de aventuras en busca de trabajo, libertad, éxito y amor. Durante el viaje conocen a Olaf (Levin), un ruso que sólo conoce su idioma, visitan a Mariló (Irureta), la madre de Silke, y traban amistad con Pepe (Angulo). Trini y Silke son de Valladolid, tienen 20 años, arrastran un pasado de carencias afectivas similares y las animan unas enormes ganas de vivir. Trini es extrovertida y dicharachera. Silke es callada, tozuda e introvertida.
El film es una comedia con toques de drama. El relato se ajusta a un estilo realista, sencillo, espontáneo y sincero, exento de artificios y de figuras de estilo. Los personajes están extraídos de la realidad misma: son personas corrientes, ordinarias y normales. Hablan el mismo lenguaje de la calle, los cafés, las salas de fiesta y la playa. Los diálogos son castizos, ocurrentes y naturales. Los personajes buscan cosas elementales: un trabajo para sobrevivir, un lugar donde descansar, un amorcillo que dé vida ... Se enfrentan a pequeños problemas, dificultades e imprevistos, que afrontan con alegría, imaginación y sentido del humor. Viven inmersos, alternativamente, en la comedia, el drama y la melancolía, como en la vida real (J. L. Borau).
Resulta gratificante ver cómo dos muchachas sin prejuicios, espabiladas, listas y vitalistas, resuelven por ellas mismas sus aspiraciones y sus problemas. Es una delicia verlas salir adelante con dignidad y nobleza. A lo largo del camino encuentran y pierden cosas, descubren y abandonan ilusiones, conocen y dejan amistades. Con todo, ganan madurez, serenidad, experiencia, lucidez, sabiduría. Por encima de todo, consolidan una amistad sincera y robusta, que las aleja de antiguas soledades y viejas sumisiones.
(Sigue en el “spoiler” sin desvelar partes del argumento)
La acción dramática tiene lugar en los meses de veranos (julio/agosto) de 1995 en Valladolid, Málaga y Madrid. Tras una discusión con el padre, la Niña (Silke) decide abandonar la casa paterna y emprender con su amiga Trini (Peña) un viaje de aventuras en busca de trabajo, libertad, éxito y amor. Durante el viaje conocen a Olaf (Levin), un ruso que sólo conoce su idioma, visitan a Mariló (Irureta), la madre de Silke, y traban amistad con Pepe (Angulo). Trini y Silke son de Valladolid, tienen 20 años, arrastran un pasado de carencias afectivas similares y las animan unas enormes ganas de vivir. Trini es extrovertida y dicharachera. Silke es callada, tozuda e introvertida.
El film es una comedia con toques de drama. El relato se ajusta a un estilo realista, sencillo, espontáneo y sincero, exento de artificios y de figuras de estilo. Los personajes están extraídos de la realidad misma: son personas corrientes, ordinarias y normales. Hablan el mismo lenguaje de la calle, los cafés, las salas de fiesta y la playa. Los diálogos son castizos, ocurrentes y naturales. Los personajes buscan cosas elementales: un trabajo para sobrevivir, un lugar donde descansar, un amorcillo que dé vida ... Se enfrentan a pequeños problemas, dificultades e imprevistos, que afrontan con alegría, imaginación y sentido del humor. Viven inmersos, alternativamente, en la comedia, el drama y la melancolía, como en la vida real (J. L. Borau).
Resulta gratificante ver cómo dos muchachas sin prejuicios, espabiladas, listas y vitalistas, resuelven por ellas mismas sus aspiraciones y sus problemas. Es una delicia verlas salir adelante con dignidad y nobleza. A lo largo del camino encuentran y pierden cosas, descubren y abandonan ilusiones, conocen y dejan amistades. Con todo, ganan madurez, serenidad, experiencia, lucidez, sabiduría. Por encima de todo, consolidan una amistad sincera y robusta, que las aleja de antiguas soledades y viejas sumisiones.
(Sigue en el “spoiler” sin desvelar partes del argumento)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El viaje físico sirve como modelo o ejemplo del viaje interior que las dos mozas realizan por los caminos del espíritu, aprendiendo a superar carencias del pasado, despachando ilusiones vanas y enamorándose de la libertad, la vida, la alegría de vivir, la grandeza de la amistad y el valor inmenso de los sentimientos sinceros, desinteresados y auténticos.
La banda sonora, de Bernardo Bonezzi (“Mujeres al borde de un ataque de nervios”, Almodóvar, 1988), ofrece una partitura variada y colorista, que subraya los sentimientos del los personajes y glosa sus motivos de confianza y amor a la vida. En el karaoke añade dos canciones del momento. La fotografía, de Teo Delgado (“Salomé”, Saura, 2002), rodada en súper 16 mm., en color (eastmancolor) y formato panorámico, está tomada en ocasiones con la cámara en mano. Exalta la naturalidad, sinceridad y espontaneidad de los personajes y de la historia.
Ópera prima ejemplar, según J. L. Borau, por su realismo y sinceridad y por su capacidad de dejar de lado hueros afanes de lucimiento y ostentación. Ejemplar, también, por ser una entrañable historia de camaradería y amor (Taylor).
Cf. Silvia LLOPIS, “Hola, ¿Estás sola?”, ‘La comedia en 100 películas’, pág. 151-153, Alianza Editorial, Madrid, 1998.
José Luis BORAU, “Introducción a Hola, ¿Estás sola?”, ‘Cómo hacer cine’, Madrid, 2003.
La banda sonora, de Bernardo Bonezzi (“Mujeres al borde de un ataque de nervios”, Almodóvar, 1988), ofrece una partitura variada y colorista, que subraya los sentimientos del los personajes y glosa sus motivos de confianza y amor a la vida. En el karaoke añade dos canciones del momento. La fotografía, de Teo Delgado (“Salomé”, Saura, 2002), rodada en súper 16 mm., en color (eastmancolor) y formato panorámico, está tomada en ocasiones con la cámara en mano. Exalta la naturalidad, sinceridad y espontaneidad de los personajes y de la historia.
Ópera prima ejemplar, según J. L. Borau, por su realismo y sinceridad y por su capacidad de dejar de lado hueros afanes de lucimiento y ostentación. Ejemplar, también, por ser una entrañable historia de camaradería y amor (Taylor).
Cf. Silvia LLOPIS, “Hola, ¿Estás sola?”, ‘La comedia en 100 películas’, pág. 151-153, Alianza Editorial, Madrid, 1998.
José Luis BORAU, “Introducción a Hola, ¿Estás sola?”, ‘Cómo hacer cine’, Madrid, 2003.