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España España · Palma (Mallorca)
Voto de Miquel:
8
Drama Giuliana Hermil es una mujer asentada en el convencionalismo de un matrimonio que siente roto, desde hace tiempo sospecha que su marido, Tullio Hermil, tiene una amante. Éste, aclimatado en una filosofía del goce y disfrute, se dedica a entrenar en la esgrima, a la lectura, y a su amor pasional, su amante Teresa Raffo. En Tullio no surgirá la chispa del deseo por su mujer hasta que se entere de la relación que ésta ha iniciado con un ... [+]
29 de diciembre de 2005
78 de 81 usuarios han encontrado esta crítica útil
Última película de Visconti, estrenada tras su fallecimiento. Inspirada en la novela homónima (1892) de D'Annunzio, fue rodada en escenarios naturales y en las villas Bellosguardo ("Villa Lilla") y Arnolfini ("La Badiola"), de Lucca (Toscana/Italia). Obtuvo un premio David a la mejor música.

La acción tiene lugar a lo largo de un año de finales del XIX, en Lucca y otras localidades toscanas. Narra la historia de Tullio Hermil (Giancarlo Gianini) y su esposa Juliana (Laura Antonelli), que conviven bajo el mismo techo, pero llevan vidas separadas. Él frecuenta a su amante, Teresa Raffo (Jennifer O'Neill) y ella queda embarazada de un joven escritor, Filippo d'Arborio (Marc Porel). El nacimiento del niño desencadena una tormenta de pasiones. La película relata la hipocresía, celos, venganzas y odios, que se ocultan tras palabras corteses y ademanes refinados. La imagen de una sociedad aristocrática, honorable y virtuosa, esconde una realidad saturada de deslealtades, bajezas y miseria espiritual, en la que el inocente resulta un intruso. La reconciliación de Tullio y Juliana, durante la gestación, no se basa en un intento mútuo de reconciliación, sino en dos proyectos diferentes de traición personal. Viconti, hemipléjico desde hacía unos años, mantiene un gran vigor narrativo e intelectual y construye una historia sólida, que traspira lucidez, escepticismo y desolación. Los escenarios, de un lujo deslumbrante y una belleza abrumadora y fascinante, acogen el pálpito de una vieja sociedad abocada a la extinción por méritos propios. La sala de armas es el espacio en el que tienen lugar los simulacros de luchas a espada. Los palacios que acogen fiestas, banquetes y conciertos, son los espacios en los que se desarrolla el simulacro de vida honorable de unos seres miserables.

La música incluye obras de Mozart ("Marcha turca", "Sinfonía concertante"), Liszt ("Juegos de agua"), Chopin ("Barceuse"), y el aria "Che faró sensa Euridice", de Gluck. Acompañan con acierto la acción y el lujo que la envuelve. La fotografía resalata la brillantez de los decorados y del vestuario. En las escenas de Lucca usa colores saturados (rojos, negros intensos y dorados); en las escenas de la reconciliación y del embarazo predominan los blancos, con azules y verdes claros; y en las escenas finales la paleta se reduce a negros opacos, blancos de nieve y neutros brumosos. Visconti saluda al espectador pasando con sus manos las hojas del libro de D'Annunzio. El guión construye unos diálogos que dicen lo que se niega o modifica con el gesto o la mirada. La interpretación de los tres protagonistas es convincente. Los desnudos de Porel y Antonelli, tratados con buen gusto, intensifican y amplían la dimensión sensual y lujuriosa de la obra. La dirección crea un drama de gran profundidad.

Excelente obra póstuma de un autor innovador, que aportó al cine belleza, suntuosidad, crítica, denuncia y valiosos elementos de reflexión y emoción.
Miquel
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