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Voto de Miquel:
7
6,5
2.054
Comedia. Musical
Primera película de los inimitables y geniales hermanos Marx. Groucho es el director del hotel "Los Cuatro Cocos" que atraviesa dificultades económicas. Debido a una inminente quiebra, se procede a la subasta del hotel por parcelas, pero la cosa se complica con la llegada de Chico y Harpo, y el robo de un valioso collar. (FILMAFFINITY)
19 de febrero de 2009
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primer largometraje de los Hermanos March y primero de la serie de cinco que ruedan para la Paramount. Es dirigido por los realizadores Joseph Santley y Robert Florey. El guión, de Morrie Ryskind y George S. Kaufman, adapta el musical de Broadway “The Cocoanuts” (1925). Se rueda en los platós de Paramount Astoria Studios (NYC). Producido por Monta Bell y Walter Wanger (no acreditado), se estrena el 3-V-1929 (NYC, preestreno).
La acción dramática tiene lugar en Florida (Hotel Los Cuatro Cocos, Hacienda Los Cuatro Cocos y playa Los Cuatro Cocos) en el verano de 1929. El Sr. Hammer (Groucho) es el propietario y gerente de un hotel de playa y de la finca en la que está enclavado. Las pérdidas del negocio hotelero le obligan a vender parcelas de la finca. Como clientes llegan al hotel dos personajes excéntricos, Chico y Harpo, que provocan el caos en el establecimiento.
El film suma comedia y musical. El peso de los números de baile y música es mayor que el habitual en las películas posteriores de los Hermanos March. La estructura mixta de musical y de comedia está tomada de los trabajos de los protagonistas en teatros y escenarios. La música tomada del musical de Broadway, de Irving Berlin, con sus adaptaciones e insertos, compone una espléndida banda sonora. La acción y los diálogos adaptan el libreto escrito por George S. Kaufman.
El humor se caracteriza por su carácter corrosivo, anárquico, surrealista y alocado. Los personajes son liantes, mentirosos, timadores, descarados y vividores. Su comportamiento, que no tiene nada que ver con la sensatez y la cordura, provoca cataclismos colectivos imprevisibles. El ritmo de la acción es arrollador. Los diálogos, agudos y chispeantes, son iconoclastas, excéntricos y alocados. La acción que los acompaña es anárquica, disparatada y destructiva.
Harpo, hambriento, come un teléfono, bebe la tinta de un tintero y degusta la cola de un frasco de goma de pegar. Chico no es capaz de entender lo que es un viaducto, confunde diques con duques y participa en una subasta rompiendo todas las reglas del juego. Se hacen numerosas parodias, como la del botones que imita la inmovilidad de un guardia real británico, el socorrista de playa rodeado de seductoras bañistas, el ladrón descuidado y distraído. No falta la confrontación de la pareja buena con la malvada, de los padres/madres con los hijos/hijas, de los oportunistas que buscan amores interesados con los que quieren amor verdadero.
(Sigue en el “spoiler” sin desvelar partes del argumento)
La acción dramática tiene lugar en Florida (Hotel Los Cuatro Cocos, Hacienda Los Cuatro Cocos y playa Los Cuatro Cocos) en el verano de 1929. El Sr. Hammer (Groucho) es el propietario y gerente de un hotel de playa y de la finca en la que está enclavado. Las pérdidas del negocio hotelero le obligan a vender parcelas de la finca. Como clientes llegan al hotel dos personajes excéntricos, Chico y Harpo, que provocan el caos en el establecimiento.
El film suma comedia y musical. El peso de los números de baile y música es mayor que el habitual en las películas posteriores de los Hermanos March. La estructura mixta de musical y de comedia está tomada de los trabajos de los protagonistas en teatros y escenarios. La música tomada del musical de Broadway, de Irving Berlin, con sus adaptaciones e insertos, compone una espléndida banda sonora. La acción y los diálogos adaptan el libreto escrito por George S. Kaufman.
El humor se caracteriza por su carácter corrosivo, anárquico, surrealista y alocado. Los personajes son liantes, mentirosos, timadores, descarados y vividores. Su comportamiento, que no tiene nada que ver con la sensatez y la cordura, provoca cataclismos colectivos imprevisibles. El ritmo de la acción es arrollador. Los diálogos, agudos y chispeantes, son iconoclastas, excéntricos y alocados. La acción que los acompaña es anárquica, disparatada y destructiva.
Harpo, hambriento, come un teléfono, bebe la tinta de un tintero y degusta la cola de un frasco de goma de pegar. Chico no es capaz de entender lo que es un viaducto, confunde diques con duques y participa en una subasta rompiendo todas las reglas del juego. Se hacen numerosas parodias, como la del botones que imita la inmovilidad de un guardia real británico, el socorrista de playa rodeado de seductoras bañistas, el ladrón descuidado y distraído. No falta la confrontación de la pareja buena con la malvada, de los padres/madres con los hijos/hijas, de los oportunistas que buscan amores interesados con los que quieren amor verdadero.
(Sigue en el “spoiler” sin desvelar partes del argumento)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La libertad previa a la implantación del Código Hayes (1934-1967) permite al film presentar amplios y generosos escotes, vestidos vaporosos, brazos descubiertos y atrevidos bañadores femeninos de colores claros, o incluso blancos, ceñidos al cuerpo. El baile de Polly es seguido por una cámara que se acerca al suelo y capta pícaros encuadres inferiores del movimiento del cuerpo y del vestido. Llama la atención la división de clases sociales, que se visualiza por la indumentaria. Las mujeres de clase alta visten elegantes prendas veraniegas de moda y las de clase popular vestidos de inspiración folclórica mejicana. Los hombres de clase alta visten formalmente (camisa, corbata, pantalón y americana) y a la moda, los cómicos hacen uso de vestidos excéntricos y los de clase popular llevan atuendos mejicanos con sobreros charros o indumentaria torera con sombrero cordobés (español en EEUU). Los uniformes de la coreografía combinan soluciones de fantasía militar, imitaciones de la indumentaria de antiguos bailes afroamericanos y la moda del momento. Es interesante observar la tipología de la belleza ideal femenina, todavía no influida por los modelos nórdicos que se irían imponiendo a partir de los años 30.
En la escena de la playa la cámara muestra las últimas innovaciones, como el uso indiscriminado del espacio de baño por hombres y mujeres a la vez, la moda de la mujer de tomar el sol sin sombrilla y sin rechazo del bronceado, el uso de la playa como lugar de encuentro y relación social, la desaparición de las casetas de baño, el ambiente sensual de la playa, etc. Son escenas memorables la subasta de parcelas, la explicación de lo que es un viaducto, las maquinaciones de Penélope, el robo de un collar de brillantes, el baile conjunto de 4 grupos de 12 bailarinas cada uno, el solo de piano de Chico y el de arpa de Harpo, etc.
Trata temas de interés general, como el poder de seducción del dinero, las diferencias de clase, los amores interesados, el culto de las apariencias, la especulación del suelo, la proliferación de las vacaciones estivales, la difusión de los baños de mar, la necesidad de la colaboración ciudadana con la policía, la emergencia del turismo de verano y de la hostelería turística de temporada, etc.
La música, de Frank Tours (no acreditado), aporta una partitura festiva, alegre y de exaltación de la vida, que adapta la del musical. Añade composiciones de ballet (“Ballet Music”, Tours), canciones (“When My Dreams Come True”, Berlin), arias de ópera (“Carmen”, Bizet) y canciones populares. La coreografía es vistosa, dinámica y elegante. La fotografía, de Georg J. Folsey (“Siete novias para 7 hermanos”, Donen, 1954), en B/N, ofrece planos que anticipan soluciones posteriores (“Calle 42”, Bacon, 1933). Resalta la comicidad visual de gestos, ademanes, indumentarias y movimientos colectivos.
Película entrañable, sencilla, hilarante y gozosa, que invita a vivir con naturalidad, libertad y alegría.
En la escena de la playa la cámara muestra las últimas innovaciones, como el uso indiscriminado del espacio de baño por hombres y mujeres a la vez, la moda de la mujer de tomar el sol sin sombrilla y sin rechazo del bronceado, el uso de la playa como lugar de encuentro y relación social, la desaparición de las casetas de baño, el ambiente sensual de la playa, etc. Son escenas memorables la subasta de parcelas, la explicación de lo que es un viaducto, las maquinaciones de Penélope, el robo de un collar de brillantes, el baile conjunto de 4 grupos de 12 bailarinas cada uno, el solo de piano de Chico y el de arpa de Harpo, etc.
Trata temas de interés general, como el poder de seducción del dinero, las diferencias de clase, los amores interesados, el culto de las apariencias, la especulación del suelo, la proliferación de las vacaciones estivales, la difusión de los baños de mar, la necesidad de la colaboración ciudadana con la policía, la emergencia del turismo de verano y de la hostelería turística de temporada, etc.
La música, de Frank Tours (no acreditado), aporta una partitura festiva, alegre y de exaltación de la vida, que adapta la del musical. Añade composiciones de ballet (“Ballet Music”, Tours), canciones (“When My Dreams Come True”, Berlin), arias de ópera (“Carmen”, Bizet) y canciones populares. La coreografía es vistosa, dinámica y elegante. La fotografía, de Georg J. Folsey (“Siete novias para 7 hermanos”, Donen, 1954), en B/N, ofrece planos que anticipan soluciones posteriores (“Calle 42”, Bacon, 1933). Resalta la comicidad visual de gestos, ademanes, indumentarias y movimientos colectivos.
Película entrañable, sencilla, hilarante y gozosa, que invita a vivir con naturalidad, libertad y alegría.