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Voto de José (FullPush):
9
Drama. Romance Michel es un carterista que no roba por necesidad como tampoco lo hace por vicio; no es cleptómano, roba para darse a sí mismo un valor, porque el robo es el medio de expresar sus sentimientos. (FILMAFFINITY)
20 de agosto de 2013
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay que templar el cuerpo y agudizar la mirada para meterse un Bresson. No basta con quererlo, se requiere recorrido, unos puntos en el mapa sensorial y cognitivo. Puntos de fuga desde los que derramarse -y desarmarse- hasta el fundido con la obra. La perspectiva es clave para entender las intenciones de un autor que siempre ha sido fiel a sus constantes, según creo, y aquí la perspicacia es cosa de enterados, es un hecho. Aun así, el experimento podría funcionar y conseguir, si no el beneplácito, el interés del espectador, promoviendo futuros encuentros más o menos fugaces, allá cada uno con sus erecciones. Pero al caso: si cala, cala hondo.

Leía por ahí que alguien mentaba a Dostoievski y su Crimen y castigo. No es casual. Lo que llevo visto del francés está muy próximo a esa narrativa psicológica del ruso; la trama está en tu cabeza, todo está en tu cabeza (la de Raskolnikov, digo), de ahí que la progresión de los acontecimientos no siempre sea del gusto del que mira desde el bisturí de la lógica más pura. La pulsión, el impulso, lo que sigue. En Pickpocket tenemos a un alienado de la sociedad, hiératico de manera inconcebible, un despojo para la sonrisa o la vitalidad. Está muerto por dentro y el espectador desconoce los motivos (acaso sean irrelevantes). Le vemos robar y nos preguntamos por qué, para qué, ¿etcétera?

Pero hete aquí que viene Camus al rescate: Michel es el extranjero. Ni siquiera eso, es un extranjero, uno de tantos, uno más. Un estado del alma que se pudre sin mordida ni medida. No hay remedio, aunque se aprecie un ligero coletazo a modo de rápida crítica al establishment, para luego retractarse y esconderse en el abrigo. Incluso el conocimiento se presenta como potenciador del duelo, pues incita a la bulimia de la mano temblorosa en el bolsillo ajeno mientras resuenan las lecciones aprendidas.

Frente a eso, de vuelta a Dostoievski, el redentor amor. Y si pesa poco, pues te jodes.
José (FullPush)
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