Hermosa y dura historia sobre las consecuencias de la guerra, siempre inexplicable y aficionada a torturar a los más débiles, que acaban pagando por los poderosos. Desde luego, si existe una cinta que refleje lo vomitivo del conflicto y la desgracia humana sucesiva es ésta. Película con la que odiar hasta límites insospechados aquellas decisiones de despacho que preceden al abismo.

Como personajes principales, dos hermanos: el joven pero curtido Seita, y la aún más joven y jovial Setsuko; ambos igual de entrañables -uno por su entrega incansable; la otra por su ternura incontestable-. Juntos nos enseñarán a sobrevivir en un lugar de pesadilla, a creer en lugares mejores que este suelo que pisamos, a desearles lo mejor a unos bocetos que albergan más humanidad de la que jamás había soñado.

Se le critica su reiteración en la desgracia... Seamos serios, ¿acaso este tema podría ser tratado con una mayor ligereza? No quiero ni imaginarme mi existencia llevando a cuestas a un ser tan puro como Setsuko a través de un mundo que se desmorona. Sin lugar a dudas, toda desdicha es poca. Bienvenidos al horror más absoluto.

pd. Yo aún me ahogo en lágrimas cuando lo recuerdo.