Insulto a todo lo vampírico -y ya van...-, al cine -y ya van...- y a la inteligencia del espectador en general -¿adivinan?-. Son muchos los bodrios que nos ha restregado por la cara Schumacher a lo largo de su prolífica carrera, pero éste es sin duda el peor de cuantos he tenido el placer de ver, y escuchar. Porque ésta es una película para ver, concretamente lo cutre de su puesta en escena y lo fashion-hortera de sus personajes, pero sobre todo para escuchar, concretamente lo vomitivo de sus diálogos no sé si pretendidamente light (yo no veo el género comedia en su ficha) y malos no, lo siguiente.

3 personas, ¡3!, hicieron falta para elaborar un guión que cabría en el resquicio blanco de aquel trozo de papel que usaste para limpiarte el culo la última vez. Creo que incluso comparten olor y funciones. Así, la película hace gala de todo lo malo que se pueda achacar al término ochentero e incluso alguna característica más de propia factura:

- Escenas que se suceden sin ritmo ni sentido alguno.
- Acompañamiento de diálogos de mierda, como he dicho, y fotografía rancia.
- Vampiros a la última con su peinado cool, su acento cool, su mirada cool y su moto aún más cool. Y con pinta de metérsela entre ellos por el cool(o).
- Protagonistas asesinables inmersos en una trama telenovelesca y estúpida, etc, etc.

Lo que da como resultado este auténtico insulto cinematográfico que bien podría ser tomado como comedia de no ser porque no me hace ni puta gracia.