El cine de Bollywood se suele caracterizar por decorados fastuosos, canciones pegadizas, coloridos vestuarios y grandes números musicales. Sus historias por lo regular son sencillas y blancas, al alcance de todo tipo de público.

“PK” aunque tiene un poco de toda esta mezcla, es una película diferente, sobre todo por hablarnos de religión de una manera valiente como nunca lo había visto en el cine de la India. Es admirable el riesgo que corrió Rajkumar Hirani, su director y coguionista, al atreverse a tratar un tema “intocable” en una sociedad tan conservadora y puritana. Y aunque emplea el humor para hacer una crítica de frente a todas las religiones y sectas que pululan no solo en la India sino en el resto del mundo, trata el tema con respeto e inteligencia.
El resultado no podría ser mejor; el público ha apreciado su mensaje. “PK” fue en el 2014 la película más taquillera de la India con más de 150 millones de dólares en box office. Igualmente, por extralño que parezca fue un enorme éxito en Paquistán y a nivel internacional su desempeño fue fenomenal, llegando a situarse en el puesto 70 entre las de más taquilla en todo el mundo en todos los tiempos.

Sin ser una película perfecta, tiene un indudable encanto por su capacidad de enamorar, tocando un tema que hoy está más presente que nunca en nuestras vidas. El impacto de la religión y cómo cada cultura trata de influir, y a veces de imponer, valores en nombre de Dios. Es evidente que “PK” nunca la veremos en una sala de Irak o quizás de Siria, país donde la locura de ISIS está destruyendo bienes de la humanidad, convencidos de que ellos son los únicos que tienen la verdad revelada.

Véanla, búsquenla en Internet vale la pena. No solo los hará reír, sino que los invitará a pensar en lo insignificantes que somos. No sabemos valorar la grandeza de ese Dios universal, que debería guiar nuestra vida, pues preferimos ese que inventaron las religiones del mundo para su propio beneficio.