Recuerdo que cuando yo tenía unos doce años, nunca sentí miedo. Podía ver películas de terror como “El Exorcista” perfectamente a la media noche. Sentía la protección de mis padres.
Ahora que veo esta película el director nos quiere meter el terror con calzador y casi lo consigue. Con una sorpresa manipuladora de una mujer manejando a un títere viviente.
Honestamente hacia mucho tiempo que no me atrevía a ver una película como esta a la media noche. Porque en países como el mío, la brujería juega un papel trascendental. Pero debo decirles que la fotografía no juega un papel fundamental.
Este filme es una apuesta al terror casi perdido. Y solo los fetichistas adorarán esta película.