Kieslowski es un director inolvidable. Un entomólogo de las emociones humanas que nos lego el “Decálogo”
Aquí vemos lo contradictorio que resulta la forma de ver el desamor de un joven voyerista. Que al estilo del personaje de Hitchock en “La ventana indiscreta” este voyerista se dedica a espiar a un anhelo, una mujer a la distancia que le provoca un sentimiento de “amor”.
Solo que aquí el mensaje esta sumido en la mas total devastación del alma humana que al acortar la distancia de su ideal. Colapsa ese sueño que se escondía tras los ojos del voyerista. Los roles se alternan.
Estamos ante el trabajo de un director del desamor. Un director que en Varsovia he rodado los roles de dos almas que buscan unirse. Oremos por ellas y por el trabajo de Kieslowski donde quiera que esté.