Para ser uno de los ciento de los falsos documentales que hay, este por lo menos no se basa en nada paranormal, sino en los vídeos caseros hechos por un ficticio asesino en serie, mientras trituraba y desmembraba a sus victimas.
La historia en parte se podría decir que parodia muy sutilmente los programas policiales de cable, con esas entrevistas guindas y editadas a agentes del FBI, policías, victimas, etc.
Lo malo es que en las cintas, supongo que por darle su propio toque, el director elige que estén en muy malas condiciones la mayoría de ellas, por lo que uno tiene que andar adivinando lo que el asesino quería mostrar.
Igual podría haberse aprovechado más el recurso, conocer más de la mente de un asesino, no sé, no quedarse en simples escenas de torturas, o ver como atrapaba a sus victimas, sino oírlo, en general cuando en la realidad este tipo de seres se han filmado en realidad, suelen hacer grandes soliloquios sobre por qué se convirtieron en asesinos seriales.